
La jura de la Princesa Leonor de la Constitución constituye, sin duda alguna, el paso más trascendente que ha dado hasta ahora en su vida como heredera de la Corona. Desde que adquirió su condición de sucesora de su padre, el mismo día que don Felipe fue proclamado Rey tras la abdicación del Rey Juan Carlos, la joven Princesa empezó a darse cuenta de que había llegado la hora de empezar a poner en práctica todas las enseñanzas que sus padres le habían ido inculcando desde que era muy pequeña. Y empezó a asumir que iba a tener que asumir muchos retos que fueron llegando poco a poco: un día le encomendaron que debía leer el primer artículo de la Carta Magna el año que se cumplió el 40 aniversario de la Constitución, otro fue cuando su padre, el Rey, le impuso en un acto solemne el Toisón de Oro, máxima condecoración que concede el Rey de España a otros monarcas y a algunas personas que han alcanzado grandes méritos para el país, o el año que empezó a ser la responsable de entregar personalmente los Premios Princesa de Asturias en Oviedo.
Todos esos pasos los ha ido dando de forma paulatina y su papel como heredera de la Corona se ha afianzado en los últimos años hasta llegar a este momento culminante de materializar el compromiso de la Princesa con la ciudadanía española, representada por los diputados y senadores elegidos por el pueblo español de forma democrática. También supone la aceptación por parte de la Princesa de su deber de cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes, que constituyen la columna vertebral del sistema político español, así como respetar los derechos de los ciudadanos y de las comunidades autónomas y, por supuesto, guardar fidelidad al Rey. Ese momento es, a partir de la jura, el punto de inflexión en la vida de doña Leonor de cara al futuro como siguiente reina. Algo que ella sabe lo que significa personal e institucionalmente, según dijo en la entrega de Premios en el Teatro Campoamor, porque entiende y es consciente de cual es su deber y de lo que implican sus responsabilidades.
El Rey Felipe, además de manifestar en varias ocasiones de este intenso mes de octubre para la Familia Real su profundo orgullo por la forma de afrontar la Princesa sus compromisos militares y civiles, ha mostrado también su satisfacción porque al final se pueda celebrar el juramento en el día del cumpleaños de doña Leonor y que se descartara por las Cortes y el Gobierno el hacerlo ante la Diputación Permanente del Congreso, con un parlamento disuelto, o en una fecha distinta a la que marca la mayoría de edad de su heredera.
La pauta para la Jura de la Princesa de Asturias es prácticamente la misma que se utilizó en 1986, cuando su padre acudió a las Cortes para sellar su compromiso institucional con la Constitución española en un acto en el que intervino el entonces presidente del Congreso, Gregorio Peces Barba y el propio don Felipe. Pero sí que se puede constatar que en esa ocasión estuvo presente en la ceremonia, en un sitio preferente del estrado, don Juan de Borbón, padre de don Juan Carlos. Una imagen que representó a la perfección la importancia que para las Casas Reales tiene mostrar la continuidad de la cadena dinástica en una Familia Real. Por ello, la ausencia en esta ocasión del Rey Juan Carlos y la reina Sofía altera una tradición que no ha estado bien explicada por parte de los responsables del Palacio de la Zarzuela. Esa ausencia, que se va a repetir en el Palacio Real, de los anteriores reyes durante la imposición del Collar de la Orden de Carlos III a la Princesa de Asturias, ha levantado cierta controversia en ciertos sectores de la opinión pública que hubieran preferido que estuvieran presentes.
Para paliar el conflicto se ha optado por convocar una celebración familiar en el Palacio del Pardo, donde se va a festejar la mayoría de edad de doña Leonor, a la que sí asistirán sus abuelos paternos y maternos y que tendrá un carácter estrictamente privado. Los Reyes Juan Carlos y Sofía, la infantas Elena y Cristina con algunos de sus hijos, los padres y la hermana de la reina Letizia, los Borbón dos Sicilias, la princesa Irene de Grecia y la viuda del Rey Constantino junto con su hija Alexía, la Infanta Margarita con su marido Carlos Zurita y sus hijos María y Alfonso son, entre otros, algunos de los invitados a la fiesta. Todos ellos felicitarán a la Princesa y compartirán un día tan especial para ella aunque para el Rey Juan Carlos será una celebración breve porque dejará Madrid pronto al no poder pernoctar en Zarzuela, su casa durante 60 años de vida.