
Las asociaciones de autónomos buscan que este colectivo se incorpore a la reforma del subsidio del paro para mayores de 52 años. Con este fin y ante la apertura de la mesa de negociación entre el Gobierno y los agentes sociales, tras el rechazo a la reforma en el Congreso, presionan a la Seguridad Social para obtener su inclusión en esta protección asistencial. Para sustentar su reclamación recurren al argumento de que tras la última reforma del RETA y la implementación del sistema de cotización por ingresos reales, su aportación se equipara al empleo asalariado. Pese a ello, la realidad es que los autónomos cuentan con medidas de protección. Para empezar disponen de una cobertura contributiva llamada cese de actividad, equivalente al paro, que los trabajadores por cuenta propia pueden reclamar una vez han ejercido su actividad durante al menos dos años.
Además, el también conocido como el paro de autónomos no sólo cubre a este gremio cuando sus negocios cierran, sino que también pueden solicitarlo cuando vean mermado su negocio. Es cierto que una vez agotada esta prestación no existe un subsidio específico como tal. Pero también es verdad que los autónomos pueden buscar apoyo en otras figuras de ayuda social, como el Ingreso Mínimo Vital o las rentas mínimas autonómicas. Por si fuera poco, incorporar a estos trabajadores en la reforma del subsidio del paro tendría un coste de 160 millones anuales según la patronal UPTA. Una cifra que se eleva a 250 millones si se tienen en cuenta los cálculos de UATAE, otra de las asociaciones del sector. El alto coste unido al hecho de que los autónomos gozan ya de coberturas cuando están parados argumentan la negativa de Trabajo a incluir a este colectivo en la reforma del subsidio.