
Sí, llega Navidad, las fiestas de fin de año, los regalos, los reyes, la comida. La felicidad hecha realidad en unos pocos días. Fechas en las que nos permitimos abandonar nuestras responsabilidades con el planeta. Sin embargo, no debemos olvidar que nos encontramos en un periodo crítico en el uso de los recursos naturales y sus efectos. La cumbre que acaba de terminar nos lo ha vuelto a advertir, como se viene haciendo desde hace décadas: no somos sostenibles.
El cambio climático es innegable y los problemas que él causa, sequía desabastecimiento, carestía, etc., son palpables cada vez más. No quiero ser un "aguafiestas", pero debemos analizar nuestra forma de actuar para intentar ser coherentes con nuestro compromiso frente a la sostenibilidad. Algunas licencias que nos permitimos en Navidad pueden ser dañinas para el planeta. Por un lado, realizamos un consumo excesivo. Durante la temporada navideña y en general en el final de año y comienzo del nuevo compramos regalos, decoraciones, comida y otros muchos productos. Este consumo excesivo da lugar a aumentos en la producción y lo que es peor, genera desperdicios que no hacen más que sobreexplotar los recursos naturales. Pero no hay que hablar de desperdicios, sino de residuos, y como residuos (no desperdicios "malvados") los debemos asociar a las famosas tres "erres": reducir, reutilizar y reciclar.
La decoración y las luces que, si bien ahora consumen mucha menos energía que en tiempos pasados, son consumos suntuarios que desde el punto de vista energético pueden aumentar la demanda de electricidad y, por lo tanto, contribuir a la huella de carbono. Hay que recordar que estas luces se encienden sobre todo de noche, cuando nuestras energías renovables (energía eólica y solar) prácticamente "duermen", por lo que no vale la pena tener las luces encendidas cuando no las vemos; cuando dormimos, por ejemplo.
Si analizamos los árboles de Navidad, vemos que todavía muchas personas desprecian los de plástico y prefieren los naturales; ocurre en muchas partes del mundo. Esto puede tener un impacto negativo en la sostenibilidad ya que conlleva la tala de árboles y la eliminación de vegetación que desempeña un papel importante en la absorción de dióxido de carbono. Lo más recomendable es usar arboles destinados para este fin. Ahora bien, también la disposición del "arbolito" cuando termina la navidad es cuestionable; quizás deberíamos decir "no al arboricidio navideño", aunque yo no firmaría esa petición porque me encantan, pero siempre que sean sostenibles. Y a todo ello se suma el tipo de regalos que compramos y sus envoltorios, que a menudo terminan en vertederos. Se trata de un problema grave y permanente que se acentúa en estas fechas, porque la producción y la eliminación de envases innecesarios se vuelve inmanejable ¿No sería mejor usar medios reutilizables?
La Navidad es sin duda el momento del año en que todos queremos dar un abrazo a nuestros familiares, así que los desplazamientos y viajes se incrementan y por tanto también las emisiones de gases de efecto invernadero. Y si bien lo podemos considerar un pecado "venial", sí podemos evitar los vuelos y aquellos viajes en automóvil que sean innecesarios, ya que sin duda son parte importante de efectos negativos que contribuyen al cambio climático.
Y por último me gustaría centrarme en la comida, un elemento vital durante estas fiestas. Los menús navideños no solo suelen ser más abundantes de lo habitual, con el consiguiente desperdicio de alimentos, sino que están formados por platos más elaborados, lo que implica mayor utilización de energía. Mucha de esa comida (sobre todo las aves) vienen de granjas intensivas en las que se realiza un uso intensivo de recursos naturales. Ello contribuye a la degradación del suelo y a la contaminación del agua. Por eso lo más recomendable es preparar menús sencillos.
No quiero parecer el Grinch, ese personaje que aborrece la navidad, porque considero que son fechas para celebrar con amigos y familiares, pero animo a todos a hacerlo de una manera consciente y responsable. Todos nos beneficiaremos de ello.