Telefónica garantiza en su nuevo plan estratégico un dividendo de 0,3 euros hasta 2026 y una generación de caja en ese año de 5.000 millones. Una promesa avalada por el repunte de los ingresos y la mejora de la rentabilidad. Pero, sobre todo, por la reducción de dos puntos del esfuerzo inversor.
Un recorte que se producirá porque la teleco arrancó ya en 2019 su ciclo de inversiones en redes para responder al reto de la Inteligencia Artificial y la realidad aumentada. Esta adecuada anticipación permitirá reducir los desembolsos y destinar los mayores recursos a cumplir con el pago a los accionistas y reducir deuda. Telefónica, por tanto, está en condiciones de cumplir con su nueva hoja de ruta e impulsar su crecimiento en los próximos años.
