Nadia Calviño planeaba convencer a los ministros económicos de la UE en el Ecofin de este martes para presentar una propuesta legislativa y avanzar en la reforma de las reglas fiscales. Pero sus objetivos se han diluido tras un encuentro en el que apenas hubo debate, ya que el eje francoalemán ha decidido marginar a España y tratar de acercar posturas en un diálogo bilateral. Esto provocará un retraso en la implantación de la hoja de ruta que los países deben seguir para rebajar su déficit al 3%.
De hecho es casi imposible que los Veintisiete alcancen consenso al respecto en las dos reuniones que restan en el ejercicio. A ello contribuye que todos deberán esperar a que Berlín y París tengan una postura conjunta que sirva de base para un acuerdo global. Algo que no será fácil de lograr si se tiene en cuenta que ahora las posiciones de Alemania y Francia están muy alejadas.
De hecho, Berlín rechaza la propuesta del Gobierno de Macron de tener en cuenta solo la deuda en las reglas fiscales. Todo apunta, por tanto, a que el Pacto de Estabilidad no estará en vigor en el próximo ejercicio o si lo hiciera sería de forma muy laxa. Este retraso prolongará la "fiesta" del gasto y de los desequilibrios públicos que arrancó con la pandemia. Un buen ejemplo de ello lo ofrece Italia con un recorte de impuestos de 24.000 millones, que elevará el déficit presupuestario al 4,3% del PIB en 2024.
Por si fuera poco, la demora permitirá a la mayoría de los países mantener las ayudas antinflación, cuyo fin es necesario para cumplir con las reglas fiscales. Europa mantendrá así el despilfarro del gasto en 2024. Ello pese a que los mercados se muestran especialmente sensibles a los desequilibrios públicos y a que la disciplina presupuestaria es fundamental para embridar los precios.
