Economía

La UE afronta un Ecofin de pocas certezas sobre las reglas fiscales

  • El diálogo entre los países está todavía en una fase de intercambios
  • Alemania y Francia pues aglutinan cada una un 18% del accionariado del brazo inversor de la UE

Se congregan los ministros de Economía y Finanzas de la UE esta semana en Luxemburgo, con muchos temas sobre la mesa y pocas certezas de resolverlos. La reforma de las reglas fiscales, la presidencia del Banco Europeo de Inversiones o la, con toda probabilidad, aprobada revisión del plan de Recuperación español se erigen como los puntos principales de una jornada de grandes expectativas que con toda probabilidad serán rebajadas.

La reforma de la gobernanza económica tiene un marco temporal apretado desde que la presidencia española del Consejo de la UE se marcó como plazo finalizar la negociación antes de final de año, a tiempo para la aplicación de nuevo de las reglas fiscales.

Si en el pasado encuentro de septiembre en Santiago, la presidencia del Consejo se planteó que en este octubre se presentara un borrador de compromiso parece que tal aspiración se antoja ahora demasiado ambiciosa.

Lo concretó la vicepresidenta primera y Ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, que jugando en casa, con el camino de Santiago como metáfora, abogó por intensificar los trabajos para iniciar la negociación política en la cita de este octubre, después de haber zanjado el 70% que suponen las negociaciones técnicas.

El diálogo entre los países está todavía en una fase de intercambios, de puesta en común de los principales elementos de la reforma del Pacto de Estabilidad.

Se tratarán, eso sí, temas más sensibles como la inclusión de una referencia numérica, una cifra en definitiva, que marca el ritmo de reducción anual de la deuda para aquellos países que superen niveles del 60% sobre el PIB. Una demanda que ha venido planteando con insistencia Alemania y que propuso un 1% anual como referencia.

Sobre la mesa de debate hay más elementos y es que si la propuesta de la Comisión Europea se refería a planes de ajustes de cuatro años individualizados por país, ampliables a 7 años, que serán evaluados por el Ejecutivo comunitario, algunos Estados miembro rechazan dotar de demasiado poder a Bruselas.

Es así que ante tales puntos de desavenencia no se prevé que se llegue a un acuerdo en el encuentro de este martes, considerando, de paso, cómo las nuevas reglas fiscales van a contemplar los incentivos a las reformas e inversiones, que se enmarca en el propio control de los países.

Presidencia del BEI

Otro tema que parece que tendrá que esperar es la elección de la nueva presidencia del Banco Europeo de Inversiones (BEI), puesto eminentemente dividido por la concurrencia de la exvicepresidenta de la Comisión Europea, Margrethe Vestager y Calviño, aunque figuran tres aspirantes más a liderar la institución.

No está de menos recordar que el encuentro de Santiago del mes pasado se convirtió en escenario de persuasiones para forjar alianzas, después de que la danesa y otros dos candidatos, la polaca y el italiano, se presentara por sorpresa en una cita a la que no habían sido expresamente invitados.

Y si en un principio parecía que la resolución iba a llegar en esta cita de octubre, parece que tendrá que esperar. Todo pese a que el relevo al ejecutivo del BEI debe realizarse en la entrada del nuevo año.

En el proceso de toma de decisiones las posturas que tomen Alemania y Francia serán clave, pues aglutinan cada una un 18% del accionariado del brazo inversor de la UE.

Berlín está dividido en su Gobierno de coalición, con el canciller alemán, Olaf Sholz más proclive hacia Calviño y el ministro de Finanzas, el liberal Chrisitan Lindner, inclinado por Vestager.

La elección del presidente del BEI tendrá que esperar al encuentro de noviembre

La danesa tiene muchas papeletas en calidad de su perfil internacional, sin embargo, su postura contraria a la energía nuclear podría costarle el apoyo de París, que todavía no se ha inclinado por ningún aspirante concreto.

Plan de Recuperación

Queda, por último, un tema de especial relevancia para España. Los ministros de Economía y Finanzas de la UE deberán dar su visto bueno a la revisión del Plan de Recuperación español, que dará a acceso a 93.500 millones de euros adicionales tras la luz verde que recibió de la Comisión Europea en el arranque de octubre.

Concretamente, la adenda del Plan de Recuperación permitirá a España acceder a 83.200 millones de euros en préstamos adicionales y 10.300 millones en subvenciones. Pero necesita ahora el visto bueno de los países para culminar la aprobación formal, una situación en la que se encuentran también Portugal, Eslovenia, República Checa y Países Bajos.

La nueva versión del Plan de Recuperación, dotado en total de 163.000 millones de euros entre fondos, préstamos y el capítulo RePower EU, contempla 595 hitos y objetivos, 505 de los cuales se enmarcan en la solicitud de fondos y 90 al amparo de los préstamos.

Concretamente, el plan revisado modifica 52 de las medidas que se contemplaban en el plan original dado que la Comisión Europea ha considerado que se apoyan en "circunstancias objetivas", como la guerra de Ucrania, la inflación o los cuellos de botella en la cadena de suministro.

Tras el visto bueno, España cuenta con vía libre para solicitar el cuarto desembolso, asociado a la segunda parte de la reforma de las pensiones.

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