
Los Agentes Representantes del mercado eléctrico nos dedicamos a operar en nombre de los productores de energía, principalmente de energías renovables y cogeneraciones, tanto en el mercado- es decir, en el operador de mercado eléctrico designado (OMIE)- que participa en el mercado diario y los mercados intradiarios, como en los servicios de balance gestionados por Red Eléctrica como operador del sistema de tal manera que este pueda equilibrar generación y demanda y ayudar con su participación a garantizar el suministro.
No es nuestra intención entrar a valorar legislaturas o normativas pasadas, sino ofrecer nuestra visión desde los retos actuales que los agentes representantes afrontamos en la operación física y económica del mercado eléctrico. Desde ARMIE queremos seguir construyendo y mirando hacia un futuro que siempre deseamos sea mejor en todos los sentidos, económico, social y medioambiental.
Por ello, exponemos aquí brevemente unas ideas que entendemos fundamentales, para el buen funcionamiento de cualquier sistema, empresa o incluso gobierno, y que, por supuesto, consideramos que deben aplicarse también a la transición energética en España:
1.Eficiencia, aprovechando adecuadamente los recursos de los que se dispone, logrando así los resultados deseados con el mínimo de recursos posible.
2.Transparencia, dotando de la mayor claridad a la manera en la que se hace o desarrolla cualquier proceso o gestión, sin ocultar información y sin que haya duda sobre su legalidad o limpieza.
3.Eficacia, logrando de una manera transparente y eficiente el objetivo perseguido.
Además, si hablamos en particular del sistema eléctrico, debemos añadir que también existen ciertas necesidades básicas para los usuarios:
4.Asegurar la seguridad de suministro, en una sociedad construida a partir de la energía eléctrica (frigoríficos, lavadoras, luz, calefacción, ordenadores, etc.) garantizar el suministro eléctrico a industrias y hogares es vital.
5.Acceder a la electricidad por un costo razonable, porque si la electricidad forma parte de nuestra vida cotidiana es necesario que sea asequible.
6.Conseguir la sostenibilidad ambiental, dado que la producción de energía eléctrica no dañe el medio ambiente que nos rodea.
Por último, debe incluirse un séptimo punto, ya que la energía se negocia en un mercado regulado, debe incluirse competencia para proveer energía eléctrica, cumpliéndose todos los puntos anteriormente indicados. La mejor solución es que exista un mercado, y que este esté en competencia, ya que garantizará los precios más bajos, favorecerá la investigación y el desarrollo de las tecnologías y la eficiencia de las mismas.
La transición energética debe llevarse a cabo cumpliendo con estos siete principios, y el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), debe dar muestras de ello. Es necesario un PNIEC realista a nivel tecnológico, económico y con inputs sectoriales serios, sobre todo, en cuanto a análisis de red, de demanda, de vertidos, de entrada, de almacenamiento o de coste beneficio de las inversiones.
ARMIE entiende que no hay un modelo perfecto ni único para satisfacer a todos los actores, pero reclama mejoras en el borrador del proyecto propuesto, ya que algunas de las hipótesis planteadas son poco sólidas. Tomemos un par de ejemplos de estos fallos, para empezar el PNIEC plantea que todos los coches que se vendan en España de mitad de 2024 en adelante vayan a ser 100% eléctricos para cumplir el objetivo de 5.5 millones de coches eléctricos en 2030, dado que en España se venden 1 millón de coches al año (de los cuales menos de un 10% son eléctricos en la actualidad). En cuanto a la capacidad de interconexión con Francia, actualmente en 2,8 gigavatios (GW), mientras el plan prevé un total de 8 GW, los 2,8 GW actuales más 2,2 GW más para 2028. Además, los 3 GW restantes- que provienen de las interconexiones de Aragón (ES) y Pirineos Atlánticos (FR), más Navarra (ES) y Landas (FR)- no están en la Planificación de la Red de Transporte de Electricidad 2021-2026 aprobada en 2022 por el Gobierno central, y ni siquiera se contempla iniciar su construcción en este periodo, tan solo?avanzar en los trámites administrativos, técnicos y medioambientales.
El PNIEC debería ser, idealmente, fruto de un pacto de Estado, que deje la política energética fuera del debate político, porque la neutralidad en carbono a 2050, los objetivos comprometidos con la UE en 2030 y la lucha contra el cambio climático son temas "factuales" que no deben depender del partido A, B o C. Debe haber una apuesta real la electrificación, ya que ni la red tiene la capacidad de integración de las renovables planificadas, ni podemos permitirnos desperdiciar energía. El nuevo PNIEC parece contemplar hasta un 9% de vertidos mientras que el anterior hablaba de un 5%. Es clave buscar estrategias para mitigar el impacto de la "canibalización" que pueda venir por la enorme penetración renovable, y el camino menos complicado es fomentar e incentivar una mayor demanda para usos industriales, no solo pensando en exportar hidrógeno.
El PNIEC, en fin, debe servir para que España, por una vez, aproveche sus ventajas competitivas naturales para generar cadena de valor industrial de verdad, en torno a las renovables, a partir de la fabricación, ingeniería y producción española, y sin obligar al contribuyente a pagar inversiones innecesarias. Por ejemplo: ¿para qué financiar desde el Estado nuevas redes de hidrógeno con el enorme potencial local que hay en biometano y en el aprovechamiento de las redes existentes?, ¿No tendría más sentido destinar esos recursos a la producción local de paneles solares o de baterías?
ARMIE confía que el actual periodo de consulta pública sirva para desarrollar un PNIEC que viabilice de manera sólida el enorme reto como país tenemos por delante.