
Fitch retira la máxima calificación en solvencia crediticia a EEUU y la sitúa en el segundo escalón más alto de su calsificación, el correspondiente a AA+.
La noticia, motivada por las incertidumbres que provocan los desequilibrios fiscales estadounidenses y la dificultad de negociar su techo de deuda, provocó ventas en las principales bolsas globales. Es cierto que hay analistas que observan estos retrocesos con tranquilidad, pese a que ya solo queda una calificadora, Moody's, que otorgue la triple A a la primera potencia del mundo.
Estos expertos creen que los retrocesos se moderarán en los próximos días. No obstante, conviene tener presente que el bono a 10 años estadounidense es un pilar fundamental del mercado de renta fija a escala global y cambios en el rating como estos son capaces de crear una gran inestabilidad.