Opinión

Grave desequilibrio en pensiones

Foto: EP

La mitad de las 17 comunidades autónomas presenta ya una ratio entre trabajadores en activo por cada pensionista que se sitúa por debajo de dos. Queda así cada vez más lejos la proporción óptima que, en este ámbito, no debería ser en ningún caso inferior a tres cotizantes por jubilado.

Tan preocupante regresión dista de ser una novedad en España. Nuestro país la sufre de modo creciente, lo que ha hecho que carezcan de sentido reivindicaciones, antes habituales entre ciertos partidos nacionalistas, que abogaban por la ruptura de la denominada caja única de la Seguridad Social.

Hoy en día son muy pocas las autonomías que cuentan con ingresos propios por cotizaciones capaces de sostener el pago de pensiones en su territorio, y la situación es extremadamente desequilibrada en este sentido en territorios como Asturias y las autonomías de la España vacía. Con todo, no por conocido este fenómeno se convierte en menos preocupante. El desequilibrio entre trabajadores y jubilados se halla abocado a agravarse por la jubilación masiva de las generaciones pertenecientes al baby boom. En paralelo, la caída de la natalidad socavará las dimensiones de la población activa.

Es cierto que esta última variable aún registra crecimientos en los últimos meses, posiblemente debidos a la inmigración. No obstante, también es dudoso que la llegada de trabajadores foráneos aporte la solución definitiva en un momento en que la nueva revolución tecnológica elevará el paro y exigirá profesionales de muy alta cualificación. La Seguridad Social afronta así una situación de grave desequilibrio para la que no se ha ofrecido ninguna respuesta efectiva en esta legislatura.

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