
Cerramos el primer semestre del año con más novedades desde el ángulo ASG, siendo la más reciente la publicación, a nivel entidad, de las principales incidencias adversas sobre los factores de sostenibilidad por parte de los participantes en los mercados financieros. Se trata de la primera vez que se reporta sobre los impactos que las inversiones de una cartera agregada provocan de puertas hacia fuera, sobre la gente y el planeta. Visite elEconomista Inversión sostenible y ESG.
Y no solo eso, este ejercicio inédito de transparencia debe acompañarse de la fijación de objetivos y la adopción de medidas, es decir, de planes de acción y acción en sí misma. Sin perjuicio de la muy probable ulterior modificación en el listado de indicadores, ya anunciada, los datos que ya están disponibles para los inversores con intereses en sostenibilidad son, entre otros, las emisiones de CO2 financiadas, la exposición a empresas cuyas actividades afectan a zonas sensibles en cuanto a biodiversidad, vertidos al agua y generación de residuos, así como diversidad de género en los consejos de administración. Lo catalogado hasta ahora como "inmaterial" gana protagonismo, curiosamente al mismo tiempo que las exigencias de desglose para con las compañías merma con respecto a los planteamientos iniciales.
La Comisión Europea (CE) ha modificado el borrador de estándares europeos de reporte en sostenibilidad (ESRS, por sus siglas en inglés), cuyo uso deriva de la adopción de la nueva Directiva sobre Información Corporativa en Materia de Sostenibilidad (CSRD), cuya primera fase de implementación entra en vigor en enero de 2024. Frente al primer borrador de exposición publicado por el grupo asesor en reporte financiero europeo (EFRAG), en abril de 2022, el enfoque se centra ahora en el previo análisis de materialidad de los factores ASG por parte de las compañías, incluso en referencia al cambio climático, por lo que una entidad puede omitir el desglose de los impactos si no lo considera relevante. Algunas instituciones de referencia en materia de sostenibidad como Eurosif ya han manifestado su disconformidad con el enfoque de la CE, aduciendo que merma la efectividad de la citada directiva, así como la implementación y coherencia del marco de finanzas sostenibles de la Unión Europea. Bien es cierto que esta "bajada de listón" reduce la estimación de costes de reporte y favorece la convergencia con los también recientemente publicados estándares internacionales de reporte en sostenibilidad de International Sustainability Standards Board (ISSB), IFRS S1 y S2, pero también lo es que los inversores necesitamos información consistente, comparable y útil para entender los riesgos y oportunidades ASG e integrarlos en la toma de decisiones.
El porcentaje de desglose de algunos indicadores ASG es bajo, por ejemplo y volviendo a los impactos adversos obligatorios, el porcentaje de consumo energético procedente de fuente no renovable, los vertidos al agua, así como la generación de residuos y la brecha de género no ajustada. La regulación de desglose de información de sostenibilidad que aplica a los inversores (SFDR) requiere un salto cualitativo en el desglose por parte de las compañías, también el compromiso de la CE con los objetivos del Pacto Verde Europeo y la Ley Europa del Clima.
Más allá de la UE, la implementación de la CSRD y de la futura Directiva sobre Diligencia Debida en sostenibilidad corporativa (CSDDD), que verá su versión final a final de 2023 y que requerirá el establecimiento de procesos de diligencia debida para prevenir y mitigar los impactos negativos de las actividades en los derechos humanos y el medio ambiente a lo largo de toda la cadena de valor, podría afectar a numerosas empresas no-EU pero que sí cuenten con operaciones en Europa.
Sea cual sea la versión final de los textos legislativos la locomotora ASG continúa su rumbo y los requisitos de transparencia se intensifican. Con obligatoriedad o sin ella, los inversores se beneficiarán del reporte de planes de transición para limitar el calentamiento global a 1.5° o de métricas para valorara la alineación con la Taxonomía y, por ende, sus clientes con preferencias de sostenibilidad.
Miriam Fernández Jiménez es Jefa de Inversión Temática en Ibercaja Gestión.