Opinión

La importancia de gestionar el talento para descubrir al Rafa Nadal de tu organización

El mundo de los recursos humanos cada vez tiene el foco más puesto en el mapeo, la gestión y la fidelización del talento. El empleo se ha transformado con la expansión digital y, en este contexto globalizado, las organizaciones han encontrado en las herramientas virtuales una nueva oportunidad para captar y fidelizar el talento, que ahora se ha convertido en el gran valor diferencial de las empresas.

Pero ¿son realmente conscientes las compañías de reconocer el talento y, sobre todo, de asignarle el puesto más acorde con sus actitudes y aptitudes? Gestionar estas cuestiones puede ser asimilable a crear el once ideal de un equipo de fútbol.

Responsables del área de personas y cultura corporativa, directores del departamento de innovación o de operaciones, para cada puesto se necesitan unas características que hay que identificar para ensamblar a posteriori con el mejor talento para ello. Y, ¿si creamos nuestro equipo directivo con los mejores deportistas de nuestro país?

Sin duda, nuestro responsable del área de personas y cultura sería el gran tenista Rafa Nadal. Sus valores, actitud, compromiso y dedicación son los que debería tener cualquier compañía y su ejemplo sería fundamental para difundir la cultura corporativa por todos los departamentos de la organización. Además, aportaría herramientas para el resto de las personas de las empresas para que a su vez pudieran liderar a sus equipos bajo una serie de principios de los que él es un perfecto embajador.

Por su parte, la atleta Ana Peleteiro sería una gran directora comercial por el alto nivel de exigencia y de resiliencia que requiere este puesto. Su capacidad competitiva, su ambición deportiva y su constancia la hacen perfecta para mantener el nivel en situaciones complicadas.

Una gran directora de proyectos sería la jugadora de bádminton, Carolina Marín. Con una gran mentalidad ganadora y analítica es capaz de prepararse mentalmente las jugadas y luego reproducirlas, por lo que sería idónea para diseñar proyectos y conseguir posteriormente alcanzar objetivos.

El singular y brillante tenista Carlos Alcaraz capitanearía el departamento de innovación gracias a su capacidad para crear y originar soluciones nuevas y creativas con el fin de conseguir los objetivos propios y de la compañía.

El jugador de balonmano, Joan Cañellas y el futbolista Iker Casillas cerrarían nuestro equipo ideal. Por su parte, Cañellas se encargaría de la gestión del talento, ya que siempre ha destacado por su compañerismo y capacidad de trabajo en equipo. "La fuerza del grupo, sobre todo, en los malos momentos, ha sido clave", cita Cañellas.

Por último, Casillas sería el implantador de la transformación digital por la agilidad y rapidez mental que demostraba en cada jugada. Por ello, es una persona capaz de elaborar una estrategia rápidamente y bajo presión.

Sin duda, las empresas deberán diseñar una nueva cultura y estilo de liderazgo y en las cualidades de nuestros deportistas encontramos muchas de estas claves. Acertar con la gestión de este talento y el liderazgo del mismo se convertirá en una ventaja competitiva fundamental en un nuevo escenario cada vez más cambiante y volátil.

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