
La investigación de la presunta trama que vincula a BBVA con el excomisario Villarejo da un viraje crítico para el banco. Ocho personas relacionadas con su cúpula son imputadas, ante los indicios que los relacionan con una práctica tan grave como autorizar los pagos al expolicía.
Entre ellos, figuran exejecutivos, como el anterior consejero delegado Ángel Cano o el exjefe de Seguridad, Julio Corrochano. Pero más preocupante resulta que, entre los investigados, hay seis altos cargos en activo y BBVA asegura que los mantendrá. Se trata de una decisión muy arriesgada para el banco. La permisividad con el expresidente González le granjeó reproches de todos los supervisores. Repetir esa tolerancia amenaza con causar un mayor daño a su reputación.
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