Opinión

La vicepresidenta Díaz tiene un proyecto

La vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz

La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, no arriesga con novedades políticas ni audaces planteamientos. Al contrario, prefiere lo que ya existe. Acaba de declarar que está "levantando un proyecto que ya está en marcha, que está aquí, que está en todos los rincones de nuestro país". Parece, entonces, que va sobre seguro. Para concretar, señala que "es un proyecto que tiene que hacer del amor el centro de actuación, un proyecto a favor y que arrincone el odio, un proyecto en el que necesitamos todas las manos, todos los corazones y todas las mentes".

Ha puesto al amor en el centro. Ni a la izquierda ni a la derecha sino en el centro. Que una ministra de Trabajo dé un lugar central al amor es inaudito. Por otra parte, inquieta un poco que haya declarado también que ese proyecto necesita todas las manos, todos los corazones y todas las mentes. Hasta ahora, la ministra solo había necesitado para sus proyectos que también fueran proyectos de CCOO y de paso que los aceptara UGT. Pero ahora anuncia que va a necesitar también todas las manos. (Se escuchan aquí, sin duda, los ecos de la canción militante: "para hacer esta muralla, tráiganme todas las manos"). Y todos los corazones. Y todas las mentes.

Cada vez que se han solicitado adhesiones totales a un proyecto político, cuando un líder quiere el apoyo del total de las manos y las mentes, ha surgido siempre algo, en efecto, totalitario. Y ha habido que lamentar lo mal que han acabado los disidentes. La única pista que se ha permitido dar sobre su proyecto es esta frase que tiene un claro antecedente en la tragedia del Titanic: "es imprescindible salvar a la gente". Esa idea genérica la concretó con otra: "vamos a derogar la reforma laboral". Tiene en esto la ministra aquel mismo afán, el mismo ímpetu y urgencia que la Iglesia doctrinaria más inquisitorial tuvo para oponerse a la Reforma luterana con una Contrarreforma reaccionaria, precisamente para salvar a la gente.

Los salvadores de almas, de patrias, del mundo, quienes en la Historia han decidido salvar a la gente, han sido iluminados peligrosos que lo han intentado siempre, incluso si la gente no quería ser salvada. Incluso en contra de la gente misma. En España ha habido ya demasiados políticos salvadores que han querido salvar a la gente obligatoriamente.

La ministra remató la idea con un estilo flamígero y apocalíptico –propio de quien viene a salvarte quieras o no quieras- al afirmar que "lo vamos a hacer y si no lo hacemos se equivocará el país, el Gobierno y España". Es decir, todas las mentes. Todas. Todo el mundo. Menos ella, que sabe perfectamente lo que hay que hacer. De momento, un proyecto que coloque al amor en el centro. El centro de dónde, el centro de qué, no ha sido matizado por la ministra todavía. Y después va a salvar a la gente.

Lo que genera inquietud es que, quizá, la ministra de Trabajo sea una mujer de tanta fe que se crea sus propios discursos y plantee una contrarreforma del mercado laboral precisamente cuando ella misma presume de que la lucha contra el desempleo y la crisis está dando ahora mismo excelentes resultados. Presume de la reducción del desempleo, de las cifras de contratación, de la recuperación, de todo aquello que se está produciendo con la legislación vigente y sin embargo va a derogarla. No se entiende.

Pero es que ella tiene un proyecto. Hay quien opina que la ministra se refería, sin embargo, a ambiciones políticas propias y muy partidistas. Sería una decepción. Porque da mucha tranquilidad a todos los empleadores y a todos los trabajadores (con todas sus manos, sus corazones y sus mentes) saber que la ministra tiene un proyecto que hace "del amor el centro de actuación". Hasta ahora, la política laboral era puro materialismo. Pero llega el advenimiento del amor. Quieras o no quieras.

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Comentarios 8

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VIO
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Que se puede esperar de esa abogada que montó un despacho durante tres meses de abogada laboralista y como no le funcionaba se pasó a la política siguiendo la estela familiar. Y después la repescó Pablito Iglesias y sus huestes renqueantes, para aunar corazones y organizar un barco cargado de cerebros podemitas que desembarcara en Venezuela y acabara de hundir ese gran país en la miseria absoluta. Increíble que una persona con tan poco ingenio haya llegado donde está. Como ministra del Paro demuestra una inquina total contra las Pymes, a las que no puede ver, tal vez porque ella fracasó al intentar montar una. En fin, comunistas de salón, anclados en una ideología fascista y reaccionaria, que no dicen nada a parte de ese discurso reivindicativo y trasnochado. Si lo repitiera en los países que han estado sometidos de verdad a la dictadura comunista como Alemania Oriental, Polonia, Hungría, Rumanía, Chequia, Eslovaquia, países bálticos, Bulgaria, etc. la corrían a gorrazos y la ponían a barrer calles. Un buen proyecto para una señora tan dispuesta.

Puntuación 10
#1
Diego desde Tabarnia
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Ja, ja, ja. Buenísimo artículo, sr. Arce. Felicidades.

Y añadiría a su artículo la chabacana frase de no mezclar churras con merinas, o la de donde metas la olla, no metas la... (fantástico y sabio el refranero popular). En la política no se puede implicar, y con calzador, al amor; algo que está por encima de todo. Y menos con ese cinismo de la "ministre". La política hay que hacerla pensando en la economía de cada uno y el bien de todos los ciudadanos. El amor es un mundo aparte, y además imponerlo es una inmoralidad y una bajeza humana.

Qué gracia con las/os que van de "progres/as", ja, ja.

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#2
Carmen
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La reforma laboral ha empobrecido y precarizado al trabajador en España. Por supuesto que hay que derogarla, o como mínimo lo peor de ella y lo que más desequilibra la relación contractual: la preeminencia del convenio de empresa.

Por otro lado su discurso habla de que hay demasiados egos y demasiadas masculinidades en la política española. Supongo, leyendo el artículo, y viendo lo totalitario y risible que le parece la llamada a la unidad, que también le parecerá mal.

Puntuación -12
#3
Kiko
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Cada vez que el escupehuesos, el sorisitasbobas, el cabezabombillas, la echápalante y la caterva de ilustres que los acompañan se miden con esta señora...en fín, ¿ qué os puedo decir que no sepáis? El tembleque de nalgas que les entra es espantoso, casi tanto como el ridículo en el que los deja constantemente.

"Señor García Egea; le voy a dar un dato" y el pobre no rompe a llorar porque le da vergüenza, pero todos sabemos que le supura el ano de puro pánico. Esta señora tiebe más cjs que todos los derechones juntos, y lo saben. Bueno, lo sabéis los derechuzos y lo sabemos todos. Hablad de ella con respeto, cariño y admiración; os está subiendo el sueldo.

Puntuación -11
#4
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#3 ya anda por aquí este Karlos del 7 de kutxilleria, se le da un negativo sin leerle y se le salta cual kk de perro en la acera; anda y págate un psiquiatra, ya son años diciendo aquí txorradas.

Puntuación 3
#5
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Su proyecto consiste en NO DAR PALO AL AGUA EN LA VIDA....

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#6
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Sres de la UE : si siguen Vds dando dinero a estos COMUNISTAS, sentaremos a la Sra Von der Leyen y a la Sra Lagarde ante el Tribunal de La Haya como cómplices del genocidio que estos asesinos están cometiendo y van a seguir cometiendo enEspaña con el dinero UE. Al tiempo.

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#7
Facior
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Excelente análisis.

Para que los personajes mesiánicos y salvadores tengan éxito se requiere anular programas y sustituirlos por personas. Ese es mal que se ha apoderado de este país. Ayer mismo leíamos que Casado estaba preparando un programa para llegar a la Moncloa. Luego, el programa no es para mejorar el país sino para que Casado llegue a la Moncloa y es él salvador y no un programa.

Eso mismo ocurre en todos los partidos y en la prensa, excepto en los llamados extremismtas que son su programa lo importante y no las personas. Por ejemplo, para los separatistas lo importante es la independencia y no quien la consiga.

En cuanto al amor y la tolerancia son etiquetas bonitas; pero caen dentro de la paradoja de Popper.

Si se implanta la tolerancia no se tolera a los intolerantes, lo que es una contradicción. Si se implanta el amor, se puede justificar odiar a los que no te aman.

Puntuación 4
#8