No hace falta ser muy listo ni tener la mayor corte de asesores de la democracia para saber que si vas a pedir dinero a alguien no puedes presentarte en su casa sin avisar, sin el permiso del jefe de familia, y muchos menos insultarle o recriminarle sus relaciones o actitudes. Pues eso es lo que ha hecho Pedro Sánchez durante sus vacaciones en Estados Unidos visitando Nueva York, Hollywood y el Apple Park, pero sin ver al presidente Joe Biden y a nadie del gobierno norteamericano y sin traer ningún compromiso de inversiones, que era la excusa con la que justificaban el viaje.
Un episodio más de ese esperpento en que Sánchez y su gobierno han convertido nuestras relaciones con el gigante norteamericano, que tuvo su punto álgido durante el ninguneo de Biden en ese paseíllo de 29 segundos en la cumbre de la OTAN, pero cuyas razones van más allá de la inconsistencia personal del presidente español -en el mundo la falsificación de su tesis le descalifica intelectual y éticamente- y de su irrelevancia en el contexto internacional.
En Estados Unidos las ofensas y las deslealtades no se olvidan y, como apunta un veterano y destacado responsable de la diplomacia económica española, en Washington se mantiene todavía "una herencia de la afrenta gratuita e innecesaria de la retirada de tropas de Irak, no tanto por la retirada sino por no avisar y por haber invitado a otros socios a que le siguieran". Y una deslealtad en una guerra no se olvida fácilmente, como tampoco el desprecio de Rodríguez Zapatero permaneciendo sentado al paso de la bandera americana en el Día de la Hispanidad de 2003.
Dos gestos cuyas repercusiones aquí ni se ven ni quieren verse, como tampoco se ve en todo su significado exterior la trascendencia de mantener un gobierno de coalición con comunistas que, para los estándares occidentales es muy difícil de asumir tanto en Europa como sobre todo en EEUU, un país teóricamente socio, en el que están instaladas bases de la OTAN y para el que determinadas actitudes son "inaceptables".
Ambas cuestiones, la deslealtad y la coalición con los podemitas, han llevado a las diferentes administraciones norteamericanas, republicanas o demócratas, a apostar por Marruecos como nuevo socio estratégico en el Mediterráneo occidental. "Mohamed VI aprendió en Perejil donde estaba la fuerza y empezó a aproximarse cuando nosotros nos alejábamos. Han bombardeado Siria conjuntamente, les están comprando material bélico, que eso en USA gusta" explican también las citadas fuentes diplomáticas. Un Marruecos que no renuncia a la soberanía sobre Ceuta y Melilla, que presiona con la emigración y que se ofrece, además, a tener bases en África
Añadir a todo esto nuestra ambigüedad, por no decir complicidad, con las dictaduras de Cuba y Venezuela acentuada cuando en este viaje de inversiones el propio Pedro Sánchez atribuía al embargo norteamericano el origen de la crisis política cubana.
Cómo desconocen el funcionamiento de las relaciones internacionales no perciben la trascendencia de sus actos y sobre los intereses económicos de nuestras empresas y la imagen de la Marca España. Estados Unidos es el principal socio comercial de España fuera de la UE y el sexto destino de las exportaciones españolas, con un total de 36.571 millones de euros en 2020. Y en el apartado de inversiones EEUU es el segundo destino de la inversión española en términos de stock con 2018, 84.648 millones de euros, con participación de alrededor de 646 filiales de empresas españolas dando empleo a algo más de 113.000 personas, mientras que Estados Unidos es el primer inversor en España con 87.642 millones de euros, en el que participan más de 2.000 firmas norteamericanas, que contribuyen a crear más de 200.000 puestos de trabajo
Empresas cuyos directivos saben bien que los asuntos que afectan a las inversiones exteriores deben tratarse y avalarse con la negociación política, y el hecho de que Sánchez no haya sido capaz de concertar reunión alguna con Biden ni con nadie de su gabinete demuestra la insignificancia a la que este Gobierno está colocando a España y a los españoles.