Opinión

29 segundos, el día después

Un paseíllo que ya es un ridículo planetario para España

Recuerdan todavía en Andalucía la anécdota de ese alcalde de Málaga, de la época franquista, que cuando fue elegido su madre se lamentaba diciendo "hijo, hasta ahora sabíamos que eras tonto en casa, a partir de ahora lo va a saber todo Málaga".

Pues algo similar es lo que está ocurriendo con ese paseíllo de Pedro Sánchez agobiando al presidente norteamericano Joe Biden. Que ahora todo el mundo conoce lo que ya sabíamos en España, que tenemos un Presidente y un Gobierno cuya egolatría, inanidad y falta de escrúpulos es directamente proporcional a su falta de prestigio.

Ni siquiera la imagen de triunfo que pretendía aparentar junto a la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, tras recibir el aprobado raspando y bajo vigilancia al Plan de Reconstrucción y Resilencia de España, puede servir para borrar la imagen patética y humillante de un jefe del gobierno español, rebajándose hasta la indignidad para conseguir un encuentro que, vistas las imágenes, le denigra hasta el ridículo. Aunque lo más grave son la consecuencias, el día después, porque con su persona denigra y humilla también a España, a los españoles a los que todavía representa y perjudica seriamente nuestros intereses políticos y económicos en el contexto internacional.

Este Gobierno lastra la actividad de las multinacionales españolas en el exterior

Como si fuera una adolescente a la captura de un selfi con la estrella musical o cinematográfica de turno, Sánchez corrió detrás de Biden para conseguir sólo ese paseíllo de apenas 29 segundos por el que parece ha pagado, con el dinero de todos nosotros, 6,3 millones de euros al proyecto Sistema de Integración Centroamericana, impulsado por la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris y que, al final, sólo ha servido para mostrar al mundo la falta de credibilidad y la desconfianza que nuestros en teoría aliados europeos y de la organización de defensa occidental tienen hacia este gobierno socialpopulista.

Pero con ser denigrantes las imágenes, tanto o más lo fueron las explicaciones posteriores de Sánchez, intentando demostrar que en menos de medio minuto habían hecho un repaso a la situación internacional y de Iberoamérica con felicitación por la "agenda reformista" incluida. Ni en taquigrafía.

Cuando uno no se respeta a sí mismo es muy difícil que le respeten los demás, y este desplante a la americana, retransmitido a escala planetaria, que viene a hacer patente la irrelevancia en que el ejecutivo sanchista ha dejado a nuestro país en el escenario internacional, donde ni se nos considera ni se nos escucha. Y ahí está el desafío de Marruecos, que nos ha sustituido como principal aliado de Estados Unidos para controlar el flanco sur de la OTAN.

A esto se añade otro elemento de especial preocupación derivado de la repercusión que esta irrelevancia política vaya a tener sobre los intereses económicos de nuestras empresas en el gigante norteamericano y la debilidad de su posicionamiento en las futuras licitaciones internacionales. Estados Unidos es el principal socio comercial de España fuera de la UE y el sexto destino de las exportaciones españolas de bienes, con un total de 36.571 millones de euros en 2020, el 4,7% del total a pesar de la pandemia.

Y en el apartado de inversiones EEUU es el segundo destino de la inversión española en términos de stock con 2018, 84.648 millones de euros, con participación de alrededor de 646 filiales de empresas españolas dando empleo a algo más de 113.000 personas.

Sabido es el axioma, que repiten con insistencia los diplomáticos y analistas de las grandes economías mundiales, de que el peso político internacional de un país es el equivalente al peso que tienen sus multinacionales. Y las nuestras pueden ver seriamente lastrada su actividad fuera de nuestras fronteras por el profundo deterioro de la imagen de la Marca España.

Claro que, ¿qué se puede esperar de un personaje y sus monaguillos que piden magnanimidad y concordia para con unos delincuentes confesos y sin arrepentimiento mientras ignoran e insultan a la gran mayoría de los españoles que no estamos a favor de los indultos porque sí estamos a favor y defendemos la Constitución, la democracia, la legalidad y el Estado de Derecho.

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