Opinión

El largo camino del Next Generation EU

Los fondos europeos ayudan pero no bastan para resolver nuestros problemas estructurales

El gobierno aprobó este martes el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, por el que España puede llegar a absorber hasta 70.000 millones de euros en ayudas, que podrían doblarse en caso de solicitar mayores fondos, esta vez vía préstamo, aunque con condiciones muy ventajosas. Y lo ha hecho al mismo tiempo que Alemania, Francia e Italia.

Un primer hecho relevante que no suele tenerse en cuenta es que para España, a día de hoy, el Next Generation EU supone sólo 70.000 millones de euros reales hasta 2023, y no los 140.000 que parecen haberse instalado en la opinión pública, ya que el Gobierno sólo ha solicitado la parte del Plan correspondiente a las transferencias, optando –de momento- a renunciar a los préstamos.

Otro factor a tener en cuenta es el tiempo. Estaba previsto que los primeros fondos -un 10% de los 70.000 millones- se liberaran este verano, pero la lentitud en el procedimiento hace pensar que no llegarán hasta otoño. El tiempo no sólo juega a la contra a la hora de recibir los fondos, sino que también condiciona poder ir desbloqueando pagos a medida que se van ejecutando los proyectos. Todos deben estar finalizados antes de 2026 para poder recibir la totalidad de los fondos. Es decir, de forma inmediata no llegarán 70.000, llegarán 7.000 y llegarán tarde.

Los fondos pueden ayudar  pero no resuelven nuestros problemas estructurales

Dónde sí supone un verdadero avance el Plan es en lo referente a la mutualización de la deuda generada por el Plan, siendo titular la Comisión, y que ha permitido doblar el volumen del Marco Financiero Plurianual. Un paso importante para el impulso de la integración fiscal europea.

En referencia a la incidencia que los Fondos puedan tener en la economía española las transferencias representan aproximadamente el 6,2% del PIB de 2020. Eso sí, repartidas hasta 2026, es decir aproximadamente un 1% del PIB de 2020 anualmente. Con este cálculo no pretendo despreciar el papel del Fondo, pero sí relativizar la euforia generalizada. El Next Generation EU puede ayudar a la transformación económica, pero no resolverá ninguno de los problemas estructurales que no sepamos resolver solos. Conviene recordar esto para que la frustración no se acabe volviendo contra la UE, generalizando posturas euroescépticas.

La respuesta a la Crisis de la Covid-19 supone un verdadero reto para la cohesión de la Unión Europea. A nivel económico, el impacto ha sido superior al soportado por EEUU o China; y a nivel sanitario, aunque inicialmente EEUU sufriera un mayor impacto, Europa se ha visto rezagada (a veces ninguneada) en el proceso de vacunación. Mientras que en EEUU se ha vacunado al 43% de la población, en la UE apenas se ha llegado al 25%. La credibilidad de las instituciones europeas está en juego.

Por parte del Gobierno se ha concretado una serie de inversiones en línea con las recomendaciones del Semestre europeo y el espíritu del Plan, orientado a transformar la economía y no a recuperar lo que había antes de la pandemia. No se ha bajado al detalle a la hora de afrontar las reformas estructurales del país, lo cual puede aventurar que poco se avanzará en este sentido.

El Plan de Recuperación indica pocos avances respecto a reformas estructurales

Si comparamos la propuesta aprobada por España por las de Alemania, Francia e Italia, encontramos algunas diferencias. En el caso de Italia, por ejemplo, se hace un importante énfasis en la Educación y en la necesidad de co-gobernanza de los fondos junto a la sociedad civil. Mientras que aquí la gestión se centraliza en la administración pública.

Actualmente, aún no se ha realizado ninguna convocatoria real para presentar proyectos con cargo al Fondo. Manuel de la Rocha, secretario general de Asuntos Económicos y G20 del Gobierno aseguró que "de aquí al verano" comenzarían a salir "convocatorias reales" vinculadas a estos fondos. Es decir, que aún no se ha abierto el plazo para presentar proyectos concretos.

A día de hoy la fecha en la que se puedan desbloquear los fondos no está nada clara, pues aún faltan 10 países por ratificar la decisión de recursos propios de la UE – la ley que permite a la Comisión Europea pedir prestado para disponer de fondos. Este paso es imprescindible para poner en marcha el Plan de recuperación y requiere de unanimidad. Si uno sólo de los 27 no aprueba esta decisión en sus parlamentos nacionales, el Next Generation no puede avanzar.

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