Opinión

El Lehman Brothers que vive el mercado laboral español

Pesimismo ante la situación del mercado laboral

Se acaban de publicar los datos relativos al mercado de trabajo en nuestro país y los resultados arrojan pocos motivos para pensar en una pronta recuperación de la economía. Existen más motivos para pensar en la transformación de los ERTE en ERE -cuando se levanten las obligaciones a las que las empresas en ERTE están sometidas- que en su reincorporación al mercado de trabajo.

Existen a día de hoy 3.949.640 desempleados, 800.000 personas más que al finalizar 2019, según datos de paro registrado. Aunque estas cifras resultan un tanto edulcoradas y podrían desviarnos de la magnitud real de la crisis, pues para tener una imagen fiel de la realidad económica se deberían añadir otras 743.000 personas en ERTE que no se contabilizan como parados, con los que la cifra ascendería a los 4,7 millones de parados, retrocediendo nueve años hasta valores de 2012. Sin olvidar que a partir de verano el Eurogrupo se ha propuesto empezar a reducir las ayudas y no mantener viva la actividad de empresas "zombi" inviables sin estas prestaciones (en España se estima que son el 30% de las que han recibido ayudas).

Comparando la actual crisis económica con la crisis financiera y la posterior crisis de la deuda soberana nuestro país se encontraba, ya en el momento de declarar el estado de alarma, en una situación peor a la que tenía cuando afrontó las anteriores crisis económicas. En 2008 la tasa de paro se movía alrededor del 8% mientras que al declarar el estado de alarma rozaba el 14%; la deuda pública apenas llegaba al 40% en 2008 mientras que en 2020 llegaba al 100%; y España no recuperó valores de PIB nominal de 2008 hasta 2016, ocho años después. Aunque ya asomaba un período de desaceleración económica y un estancamiento del modelo productivo y de crecimiento español, fundamentado en batir récords de visitantes año tras año, la Covid-19 se convirtió en el Lehman Brothers de la crisis iniciada en 2020.

Existen sobrados motivos para pensar en la transformación de los Erte en ERE

Si bien es cierto que se trata de una crisis global que goza de cierta simetría en el impacto en todos los países, no todos ellos están sufriendo las mismas consecuencias. En el caso de España el impacto está siendo mucho más profundo que en otros países, véase las previsiones del BCE, el FMI o el Banco Mundial. Con unos niveles salariales ya de por sí bajos, cuyo valor medio apenas ha subido un 17% desde 2008, unido a una inflación acumulada que para el mismo período llega al 20%, es decir, con una pérdida de poder adquisitivo de los hogares, el ajuste de productividad para incrementar la competitividad se realizará aumentando el desempleo y perpetuando salarios bajos que dificultan una salida de la crisis por aumento de la demanda interna. Una vez más, la economía española fiará su salvación al sector exterior y al turismo.

Al inicio de la pandemia, la situación económica ya era peor que en 2008

Europa ha hecho su trabajo. El BCE mantiene sus programas de política monetaria expansiva, facilitando la financiación de los estados. El Eurogrupo ya ha ayudado a España a financiar los ERTE a través del mecanismo SURE, poniendo a disposición préstamos del BEI a pymes y autónomos y abriendo la puerta al MEDE. Además se ha puesto en marcha el Plan Next Generation EU de la Comisión Europea, con el que España podrá acceder a hasta 140.000 millones de euros. Del modo en que nuestro país sepa emplear de forma eficiente estas ayudas, transformando su estructura económica y creando nuevos puestos de trabajo, dependerá el futuro tanto de trabajadores como de desempleados.

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