
Casi siempre la realidad supera a la ficción, pero el final de Donald Trump parece sacado de un telefilm de "serie B". Instigar a un grupo de violentos mafiosos disfrazados de vikingos a asaltar el Capitolio de los EE.UU. recordaba la película de Don Coscarelli, "El señor de las bestias" (1982). Y lo más alucinante de todo es que se despidiera de ellos en vivo y en directo con un: "os queremos".
No es extraño que las Bolsas de todo el mundo experimentaran una fuerte subida cuando se supo que los dos senadores de Georgia caían al lado de los demócratas y que Joe Biden quedaba con las manos libres para gobernar sin ataduras al tener controlado el Gobierno, el Congreso y el Senado. Algo muy importante ha cambiado: la forma de hacer política.
La caída del señor de las bestias es el principio del fin del populismo, que unido a las redes sociales y las burbujas cognitivas son los pilares del fanatismo.
Es más que significativo que Twitter, Facebook e Instagram suspendieran la cuenta de Trump para evitar que las utilizara para extender la insurrección al resto del territorio a través de mentiras. Las élites han tomado conciencia que las noticias falsas son tan peligrosas como jugar con fuego.
Probablemente los asaltantes al Capitolio, incitados por la arenga que acababan de recibir nada menos que del comandante en jefe de los EE.UU., estaban absolutamente convencidos de que estaban haciendo lo correcto. Un acto patriótico para salvar a la nación de quienes habían dado un golpe de Estado falsificando los resultados de las elecciones.
La caída de Trump es el principio del fin del populismo
Las mentes débiles manipuladas por un loco pueden conducir a la humanidad al holocausto como sucedió durante la Segunda Guerra Mundial con Hitler. Que haya dirigentes con gran respaldo popular como Putin en Rusia, Bolsonaro en Brasil, Erdogan en Turquía o hasta Orban en Hungría pone los pelos de punta. No hay que olvidar que hacían tan solo una semana que Trump había sido declarado como el hombre más admirado de los EE.UU, por la tradicional encuesta que realiza Gallup desde hace 60 años. Un dato que indica la crisis de valores que provocan estos personajes en las masas.
Pone los pelos de puntos que dirigentes como Putin, Erdogan, Orban o Bolsonaro tengan tanto respaldo popular
Esto es lo que ha cambiado en todo el mundo y que va a tener una repercusión directa en la política y en la economía española. Se impone la forma de hacer política de Joe Biden, basada en el respeto a la Constitución y a las instituciones, en el diálogo y la negociación para resolver los problemas.
Es similar a la propuesta que Salvador Illa está haciendo para Cataluña: "Dejemos la rauxa y recuperemos el seny". Dejemos el arrebato y recuperemos el sentido común, que es como mejor nos ha ido siempre. Esto explica la fuerza de las expectativas que ha creado. Ha conectado con la mayoría del pueblo catalán, cansado de tanta insensatez y enfrentamiento.
Lo mismo sucede con el resto de España, como dice Emilio Ontiveros, existen todos los elementos para que este año se produzca una fuerte recuperación, siempre que la crispación no lo malogre.