
Son muchos los cambios que hemos comenzado a vislumbrar tras el anuncio de la victoria del demócrata Joe Biden en las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Uno de los aspectos más destacables ha sido la revolución en los mercados. Tanto es así que el Nikkei lograba su mejor cierre en 30 años situándose en los 24.839,84 puntos, algo que no ocurría desde 1991.
Tras los reñidos comicios electorales, el parqué tokiota abrió con ganancias y llegó a subir un 2,63% en el segundo tramo, antes de recortar su avance tras la declaración de la victoria de Biden como presidente de Estados Unidos. Sin embargo, el Nikkei no ha sido el único gran beneficiado de estos resultados. Compañías como el grupo tecnológico Softbank aumentaron un 5,37%, minutos antes de presentar sus resultados financieros del semestre de abril a septiembre.
La evolución hacia el verde se ha extendido también a otros mercados como el chino. La bolsa de Shenzhen se revalorizó un 2,2% y las bolsas de Sidney y Shanghái aumentaron un 1,8%.
El motivo tiene un nombre propio: Biden. Su política exterior, previsiblemente menos agresiva que la desarrollada por Donald Trump, implica que, a nivel geopolítico, la distancia entre oriente y occidente se acentúe cada vez más, haciendo que los que antes eran ganadores, sean los perdedores y viceversa.
El modelo social que Biden propugna y su política exterior menos agresiva impulsa el mercado
Pero hay más factores que motivan estas subidas históricas. La gestión de la pandemia, junto a su propio modelo social y el anuncio de la nueva vacuna contra el Covid-19 pusieron el broche de oro a unas jornadas en las que bolsas asiáticas como la de Hong Kong aumentaron un 0,75%.
Sin embargo, la volatilidad es imprevisible y a finales de semana, tras ocho sesiones al alza, el Nikkie ya caía un 0,53%. Nos esperan muchas sesiones de este tipo, en la que la euforia del momento marcará grandes hitos en los mercados de valores y podrá ser un gran aliado para los inversores menos conservadores.