
El Reino Unido se enfrenta a dos grandes desafíos como son el Brexit y la Covid-19. Cualquiera de ellos llevaría al límite la economía de cualquier país. Las incertidumbres que rodean a ambos retos y la propia naturaleza de cualquier acuerdo inicial pesarán sobre la economía del país en los próximos meses y años.
Las negociaciones comerciales con la Unión Europea han tenido dificultades. El Reino Unido quiere aprobar una ley interna que le permita anular parte del Acuerdo de Retirada firmado con la UE el año pasado. Por ahora, y del mismo modo que hace un año, todavía nos encontramos en fase de negociaciones, con la UE y el Reino Unido tratando de 'engañar al otro'. Esperamos ver al menos un acuerdo comercial básico antes de finales de 2020, aunque necesitará más esfuerzos dada la larga lista de temas a resolver.
"Específico y limitado"
Incluso esa limitación en las ambiciones se puso en duda el 8 de septiembre, cuando el gobierno del Reino Unido confirmó que rompería sus compromisos internacionales "de una manera muy específica y limitada". Hace unas semanas, el Comisario Europeo de Comercio, Valdis Dombrovskis, comentó que, si el Reino Unido cumple con lo anterior, "ya no hay ningún motivo para un tratado de libre comercio". La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, trató de mantener las conversaciones describiendo el proyecto de ley como una "distracción", sin retirar la advertencia de posibles acciones legales.
Johnson negoció y firmó el acuerdo, utilizándolo después para ganar unas elecciones generales por abrumadora mayoría antes de ratificarlo en el Parlamento en enero. Es difícil discrepar de aquellos que dicen que o bien "el primer ministro no leyó lo que firmó" o bien "firmó un acuerdo que no entendió". Boris Johnson trató de responder a las críticas de su propio partido ofreciendo someter cualquier incumplimiento del acuerdo a una votación parlamentaria.
El Covid ha golpeado con más fuerza el PIB británico que el de la Unión Europea
Al tratar de reabrir unilateralmente el acuerdo de hace menos de un año, el país corre el riesgo de socavar sus futuros esfuerzos en materia de comercio internacional.
"Prosperar intensamente"
"Saldremos adelante de una forma u otra", manifestaba Johnson hace unos días. "Podrían ser sensatos y darnos una solución al estilo canadiense... pero estamos listos para cualquier acontecimiento". Las negociaciones comerciales de Canadá con la UE comenzaron en mayo de 2009 llegando a firmar un acuerdo en octubre de 2016, que fue aprobado y aplicado en 2017.
El gobierno británico firmó un acuerdo comercial con Japón el 11 de septiembre, que dijo que generará 1.500 millones de libras esterlinas para la economía. El comercio de bienes y servicios entre estos dos países es menos de la vigésima parte del valor de la relación entre la UE y el Reino Unido, mientras que el comercio bilateral con Canadá representa menos del 3% del comercio con la UE. Uno de los beneficios del Brexit, según sus defensores, fue un acuerdo puntual de libre comercio con los Estados Unidos.
En la lucha contra la Covid-19
Además de las incertidumbres que rodean al Brexit, la estrategia del gobierno británico para gestionar la pandemia suele estar en desacuerdo con sus vecinos europeos. El número total de muertes en el Reino Unido por el virus es el más alto de Europa, con 42.605 en el momento en el que se escribe este artículo, por delante de Italia, Francia y España. Sin embargo, en comparación con Francia y España, el país lleva registrando un menor número de nuevos contagios.
Lo más probable es que se alcance un acuerdo en el último minuto, como ocurrió en 2019
La Covid-19 ya ha golpeado la economía británica enormemente. El PIB cayó un 20,2% en el segundo trimestre del año, que comparado con el anterior período de tres meses resulta ser su mayor caída. En la eurozona, el PIB cayó un 12,1% durante el trimestre. Además de la pandemia, un Brexit sin acuerdo a finales de este año puede agravar aún más el daño a la economía del país. En el peor de los casos, un "no deal" puede recortar más del 7% del PIB a largo plazo, según un estudio del Tesoro del Reino Unido de 2018.
En respuesta a los desafíos económicos que se presentan, el Banco de Inglaterra está considerando la posibilidad de recurrir a tipos de interés negativos. En una reunión del Comité de Política Monetaria del banco central celebrada el 17 de septiembre se debatieron "los planes para explorar cómo se podría aplicar eficazmente tipos negativos".
El ladrillo y la libra
Los tipos de interés negativos afectarían a la confianza de los consumidores y al sensible mercado inmobiliario británico. Los precios de la vivienda subieron un 3,4% de media en el año hasta junio, según datos publicados por la Oficina de Estadísticas Nacional.
Asimismo, la moneda del Reino Unido empieza a evidenciar la amenaza de un posible Brexit sin acuerdo. Parece poco probable que la libra se aprecie más hasta que un acuerdo muy básico con la UE esté cerca. Desde finales de junio, su recuperación frente al dólar se atribuye en gran medida a la debilidad de la moneda estadounidense. En el caso de un acuerdo limitado del Brexit, la libra podría negociarse inicialmente alrededor de 1,33 frente al dólar y cerca de 0,90 frente al euro. Más adelante en 2021, las primas de riesgo del Brexit sin acuerdo desaparecerían, ofreciendo a la libra esterlina más apoyo, especialmente frente al dólar. Sin un acuerdo comercial con la UE, el país británico se enfrentaría a enormes vientos en contra en su estructura, lo que haría que su moneda cayera significativamente.
Con un acuerdo limitado o sin oferta alguna antes de finales de año, las fricciones entre la UE y el Reino Unido continuarán sin ninguna duda con mucho ruido político. Es probable un compromiso en el último minuto que, como en 2019, evite un Brexit sin acuerdo.