Se pasarán años denunciando al Gobierno británico a los tribunales por violar la ley internacional. Reino Unido se convertirá en un estado paria. Los camiones serán detenidos en Calais, y los turistas harán largas colas en los aeropuertos de Málaga y Corfú. Con las negociaciones finales sobre un acuerdo comercial con la Unión Europea a un paso de que finalmente, y de forma irreparable, los funcionarios de Bruselas pierdan la paciencia, estos últimos parecen decididos a hacer que el precio que tenga que pagar Londres por ello sea lo más alto posible.
Pero esperen: en realidad, todo eso no tiene mucho sentido. Irse sin un acuerdo puede funcionar perfectamente para los británicos, pero podría funcionar también para la UE. ¿Por qué? Porque un Reino Unido más desregulado pondrá freno a la manía europea de multiplicar las normas; porque un centro offshore puede alimentar la inversión en el resto del continente; y porque estará en mejores condiciones, y por lo tanto importará aún más mercancías de la UE. Sin un acuerdo, Gran Bretaña debería ser más rica, pero Europa también debería serlo. Es un resultado en el que todos ganan, excepto unos pocos fanáticos federalistas.
Reino Unido puede convertirse en el conductor para la inversión en toda Europa
Todavía es posible que Reino Unido logre llegar a un acuerdo comercial con la UE una vez que nuestro acuerdo de transición expire en enero. Pero no querría apostar nada de valor en este momento. Las negociaciones siguen siendo difíciles y enojosas, y los intentos británicos de volver a revisar el Acuerdo de Retirada pueden significar que las conversaciones están ahora en la etapa terminal.
Haría falta un milagro para salvarlas, y normalmente escasean. Los analistas de la City de Londres ya estiman que el 'No deal' es el resultado más probable, y es difícil no estar de acuerdo con ese veredicto. Dejando de lado a unos pocos, los británicos lo han asumido. En el resto del continente, sin embargo, todavía se ve como un desastre. Muchos creen que los británicos deberían pagar un alto precio por su intransigencia. Pero, si pudieran mantener la calma, la UE debería ser capaz de entender que esta situación también es positiva para ella.
Primero, Reino Unido se liberará de las reglas, normas e impuestos de la UE. Lo que haremos con esa libertad, está por verse. Pero con el tiempo, gradualmente desarrollaremos sistemas diferentes del resto de Europa, y probaremos diferentes políticas. En este momento, la UE piensa que eso es terrible, argumentando que socavaremos su modelo con el "dumping social". Pero en realidad la rivalidad regulatoria, legal y fiscal es tan útil como cualquier otro tipo de competencia. Una Gran Bretaña fuera de la órbita reguladora de la UE podrá proporcionar un modelo alternativo, y será un freno a los instintos excesivamente centralizados, entrometidos y ávidos de impuestos de la maquinaria de Bruselas.
Eso podría ser una molestia para unos pocos comisarios con un sentido demasiado inflado de su propia importancia. Pero será mucho mejor para la economía de la eurozona, ya que podría utilizar una carga fiscal más ligera, y un poco menos de interferencia.
Europa debe olvidarse de abogados y querellas y pensar con sentido común
A continuación, podríamos convertirnos en el Hong Kong de Europa. Es poco probable que nos convirtamos en el Singapur del Támesis (aunque personalmente creo que sería genial). Pero un Reino Unido un poco más libre, con una regulación más leve, más respetuoso con el sector tecnológico y más emprendedor podría convertirse en un conducto para la inversión en el continente.
En ese sentido, Hong Kong ha sido muy valioso para la economía china durante las dos últimas décadas, canalizando incontables miles de millones de inversiones en el país, y Singapur ha desempeñado un papel muy similar en el sudeste asiático. Los centros extraterritoriales son a veces una amenaza, pero a menudo son también una gran manera de obtener capital adicional, y Gran Bretaña, y especialmente la City, podrían desempeñar ese papel.
Finalmente, el Reino Unido debería ser más rico. Es difícil hacer cálculos en medio de la crisis de Covid-19. En este momento todo el mundo se está empobreciendo a un ritmo alarmante. Pero dejemos eso de lado, si es posible. Con nuestros propios aranceles, nuestros propios acuerdos comerciales, con el control sobre nuestra propia estrategia industrial, y con un régimen regulatorio diseñado para nuestras propias fuerzas, con el tiempo el Reino Unido debería ser un país más rico. ¿Qué haremos con el dinero extra? Obviamente, lo gastaremos en importar más cosas del resto de Europa, como siempre lo hacemos.
Es cierto, hay un problema enorme. Si nos vamos sin un acuerdo, y es un éxito, y la economía va bien, entonces podría animar a otros países a hacer lo mismo. Ciertamente no los disuadirá. Tal vez eso suceda, y tal vez no. Y sin embargo, en realidad, ningún otro país está tan bien situado para separarse de la UE como Gran Bretaña. Los burócratas de Bruselas puede no ser capaz de comprenderlo. Pero en esta etapa de las negociaciones, un amistoso "No Deal" es de lejos el mejor resultado. La UE debería olvidarse de sus abogados y sus querellas y pensar con más sentido común.