
Escribe mi amiga Rosa Villacastín que "la manipulación del mayor atentado terrorista de la historia de España, el 11M, por parte de Aznar, les costó el gobierno al PP. Casado debería aprender que la mala utilización de la política en tiempos tenebrosos como el que estamos viviendo, se paga". No se quién asesora al jefe de la oposición, pero le está confundiendo gravemente.
El gran error que está cometiendo el líder del partido conservador es anteponer la economía a la salud. Como ha advertido la Organización Mundial de la Salud (OMS) esta estrategia es la peor receta para salvaguardar el crecimiento. Si se sale precipitadamente de los confinamientos o no se toman medidas drásticas para frenar los contagios, se produce un encadenamiento de confinamientos que destruye la confianza de los consumidores y crea una enorme incertidumbre que frena la recuperación.
La precipitación con la que se hizo el desconfinamiento en Madrid y Cataluña provocó rebrotes causando incertidumbre en consumidores e inversores
En España el desplome del consumo está siendo salvaje, según los datos adelantados que maneja el Banco de España. En el tercer trimestre las cosas han ido regular tirando a mal. Todo lo que habíamos conseguido con el Gran Encierro lo tiramos por la borda. La precipitación con la que se hizo el desconfinamiento, especialmente en Madrid y Cataluña, provocó una serie de rebrotes causando incertidumbre y miedo entre los consumidores e inversores. Esto ha provocado a su vez nuevos confinamientos que ponen en peligro la temporada otoño-invierno y la campaña de Navidad.
El máximo responsable de la gestión fracasada de la pandemia es el Gobierno de Pedro y Pablo
La consecuencia de no haber apostado por la salud es que la crisis económica se agrava y la recuperación se aleja. En vez de crecer el 7% del PIB el próximo año como estaba previsto, la recuperación se retrasará hasta el 2023 como muy pronto. Es decir, la producción española que en el 2019 alcanzó 1,244 billones de euros con cerca de 20 millones de trabajadores ocupados no se volverá a alcanzar hasta el 2024 tras un nuevo lustro de recesión a causa de la mala gestión de la pandemia.
Sin duda el máximo responsable es el gobierno de Pedro y Pablo que no ha sabido estar a la altura de las circunstancias a la hora de gestionar la salud y la economía. El peor Gobierno para la peor situación y con la peor oposición imaginable, lo que ha provocado una profunda crisis institucional que hace temer que España se convierta en un Estado fallido como ocurrió durante la Segunda República. Al no existir una alternativa al actual Gobierno, la democracia entra en un callejón sin salida.
No apostar por la salud origina que la crisis se agrave y la recuperación económica se aleje
Pablo Casado, siguiendo el modelo de Donald Trump en Estados Unidos, Bolsonaro en Brasil o Boris Johnson en Reino Unido antepuso la economía sobre la salud creyendo que con eso desgastaría al Gobierno social-comunista. Siguiendo esa lógica retiró su apoyo al Estado de Alarma en el momento mas grave de la pandemia. Posteriormente, animó a su presidenta autonómica favorita Isabel Díaz Ayuso a que exigiera al Ministerio que desconfinara Madrid a toda prisa, aunque no se daban los requisitos necesarios para hacerlo. La presidenta madrileña cesó fulminantemente a su responsable de sanidad por decir que la capital no estaba preparada para solicitar la segunda fase.
Cuando la segunda ola de la pandemia se ha cebado sobre España, Pablo Casado ordenó a todas las comunidades autónomas gobernadas por el PP que no pidiesen el Estado de Alarma porque eso contradecía su posición origina contra el mismo. Esto nos ha conducido a la crisis institucional más grave, desde la declaración unilateral de independencia de Cataluña, entre la Comunidad de Madrid y el Gobierno de la nación. Al líder de la oposición no parecía importarle que Madrid se convirtiese en el foco de la pandemia de Europa y que España puede ser el país con más número de muertos por cada cien mil habitantes. Lo importante es la economía no las personas. Grave error.