
La destitución de Cayetana Álvarez de Toledo como portavoz del grupo parlamentario popular, no significa necesariamente que Pablo Casado haya dado un golpe de timón para centrar al partido. A pesar de lo que se ha dicho no se va a producir ni una nueva etapa, ni se va a hacer nada que no estuviese previsto hacer en julio.
El presidente del partido conservador no tiene espacio para hacer el giro, el dirigente de VOX Santiago Abascal se lo impide. En cualquier maniobra brusca que dé corre el peligro de dejarse medio partido en el camino. El problema de la derecha española no es tanto de sus líderes como el de un electorado radicalizado e inflexible. Una buena parte de las bases del PP no aceptan ningún tipo de acuerdo o transacción con el Gobierno de Pedro Sánchez ni de ninguna fuerza política que no sean ellos mismos.
Pablo Casado no tiene la mínima posibilidad de centrar al Partido Popular ya que esto le convertiría en la "derechita cobarde", en palabras de Abascal cuyo objetivo es darle el sorpasso y convertirse en la fuerza hegemónica de la derecha. Para ello necesitan subrayar su carácter nacional-populista como está pasando en otros países europeos como Francia o Italia y americanos como Estados Unidos o Brasil. Ese es el modelo a seguir por una buena parte de los conservadores españoles que ven a Santiago Abascal con más liderazgo para hacerlo que a Pablo Casado que es un líder con una enorme debilidad de carácter.
El problema de la derecha no son sus líderes sino un electorado radicalizado e inflexible
La sustitución de Álvarez de Toledo no ha respondido a un intento de moverse al centro sino a un problema interno de disciplina. Esta señora se les subió a las barbas a Casado y a Egea y no les quedó más remedio que echarla. Nunca ejerció como portavoz de los 133 diputados populares sino de sí misma. Nunca ha guardado fidelidad a nada ni a nadie. Como muestra un botón: tiene la nacionalidad francesa, argentina y española y utiliza la que mejor le viene en cada momento. En una palabra, está acostumbrada a hacer lo que le da la gana y eso la convierte en una liberal a su manera.
¡Que tenga cuidado Casado! Una mujer despechada, y con un ego que se lo pisa, como ocurre con Cayetana puede ser más peligrosa que la bicha que mordió las ruedas del tren. Imaginemos que Santiago Abascal, consciente de sus limitaciones, ofrece a Álvarez de Toledo que defienda la moción de censura que ha anunciado para septiembre contra Pedro Sánchez. Ya no sería un paseo militar como creen en la Moncloa. Cayetana es muy buena parlamentaria y a Sánchez se lo haría pasar mal. Pero lo más importante es que rompería al PP por la mitad.