
El Gobierno presentará de modo inminente su solicitud para beneficiarse de las ayudas del fondo europeo contra el desempleo provocado por el Covid (el llamado SURE) que la comisión presentó en mayo. Moncloa aspira a conseguir 20.000 millones en préstamos, una cifra que resultaría demasiado optimista dar por ya garantizada.
Dicha cuantía equivale al 20% del total de recursos que el SURE movilizará para el conjunto de la UE. Se trata de una proporción notablemente mayor de la que correspondería a España según su peso en el PIB de la Unión (que ronda el 10%). Pero, sobre todo, debe tenerse en cuenta que la cantidad final dependerá del número de países que soliciten los créditos. De momento, 18 de los 27 Estados miembros han mostrado su interés.
En paralelo, urge también considerar que los recursos del Sure presentan cierta condicionalidad. En concreto, el Ministerio de Economía tendrá que convencer a las autoridades europeas sobre cuáles son las necesidades de financiación del Tesoro y, especialmente, el destino que tendrán los préstamos de este fondo de ayuda.
Bruselas marca que su finalidad primordial es financiar los "regímenes de reducción del tiempo de trabajo", los conocidos en España como Ertes. Es precisamente en la gestión de este capítulo donde nuestro país ha presentado importantes deficiencias, en cuanto al retraso de sus pagos, para las que Trabajo no ha dado ninguna explicación convincente de sus causas.
Esta situación, prolongada sin interrupción desde que se decretó el estado de alarma, puede despertar la desconfianza de las autoridades europeas. Es por ello muy posible que España se tope con importantes dificultades a la hora de acceder al Sure.