Opinión

Un golpe al ahorro a largo plazo

El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá.

El ministro José Luis Escrivá aboga por un importante cambio en la fiscalidad de los planes de pensiones. Escrivá duda de la efectividad de las deducciones que se aplican sobre las aportaciones de los particulares a estos vehículos. Por ello, es partidario de suprimirlas y crear más beneficios para los planes colectivos que las empresas ofrecen a sus empleados.

Escrivá tiene razón al criticar el nulo atractivo tributario de los planes de pensiones. De hecho, no se benefician de verdaderas deducciones. Hacienda sólo ofrece un simple diferimiento de la tributación: lo que no se paga ahora, al hacer la aportación, se desembolsa en el momento de la jubilación, cuando el partícipe rescata sus ahorros y tributa por ellos como rendimientos del trabajo. Esta realidad contribuye a que las aportaciones a planes de pensiones estén en mínimos (300 millones anuales frente a los 4.000 millones de hace 10 años). Resulta muy dudoso que una situación tan crítica pueda corregirse creando más alicientes a los planes de empresa, como Escrivá defiende. En un país de pymes como España la oferta de este tipo de vehículos está fuera del alcance de las mayoría de las firmas. Invocar el ejemplo de las exitosas EPSV de Euskadi no aclara la situación, debido al peso excepcional que la industria tiene en la economía vasca. Por tanto, el necesario fomento del ahorro privado complementario para la jubilación reclama otras medidas que el Gobierno no está planteando. Lejos de eliminar incentivos fiscales debería crear otros que tengan alcance real. Además, de mayor efectividad aún resultaría abrir el mercado a la competencia, de modo que los gestores de los planes se esfuercen por lograr mayores rentabilidades y atraigan a los ahorradores.

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