
El perjuicio que el procés inflige a Cataluña provoca un hecho inusual como es la unión, en un comunicado conjunto, de las patronales de esa autonomía.
Así, Foment y Pimec abogaron ayer por acabar con el bloqueo político y buscar soluciones que destierren la violencia vivida y restablezcan la confianza en la economía catalana. Pero aún más significativo resulta el severo recorte que la Cámara de Barcelona aplica a sus previsiones sobre el PIB autonómico en 2019 y 2020 (cuatro décimas menos), pese al alineamiento con el secesionismo de su directiva. Aunque la Cambra elude aludir a los recientes disturbios e invoca multitud de factores (Brexit, guerra comercial...), el daño que sufre la economía catalana es ya tan amplio que el independentismo no puede seguir negándolo.