
La propuesta no sólo es un ataque en toda regla contra el Supremo, al deslegitimar su fallo de la semana pasada, sino también contra el Constitucional, ya que prohibió expresamente que el independentismo volviera a instrumentalizar el Legislativo autonómico. De este modo, ERC hace suya la burda táctica que lleva días desplegando el presidente Torra con su inacción ante la violencia callejera, basada en volver a plantear pulsos al Estado. En ambos casos, el único propósito es precipitar la aplicación del artículo 155 y sacar réditos electorales de ello.