
Cuando Pedro Sánchez suspendió el examen de julio ya aventurábamos que este iba a ser un agosto atípico en el que las serpientes de verano iban a ser sustituidas por el culebrón de la investidura. Una comedia de enredo en la que nadie dice lo que piensa y muchos hablan sin pensar.
Y en este menester del sin pensar, ¿o no?, ha cobrado especial protagonismo un secundario como Teodoro García-Egea reclamando, primero, que Sánchez dé un paso atrás y acepte facilitar la investidura de su jefe Pablo Casado mediante la abstención del PSOE.Una ocurrencia digna de los mejores monólogos de Gila y que lanza sin contar con la opinión de sus hipotéticos socios de investidura, Ciudadanos y Vox, que ya le han dicho que "verdes las han segado". Además de que pedir la abstención de Sánchez y los suyos, tal y como está hoy el patio, no sabemos si es una ingenuidad o una provocación. En cualquier caso impropias de un dirigente político de sus responsabilidades.
Pero no para ahí Egea, que parece empeñado en sustituir a la vicepresidenta García Calvo como lenguaraz del año, y en una reciente entrevista se atrevió a decir que Casado "se ha ganado la legitimidad y el derecho de romper ligaduras con el pasado", para añadir que sin el nuevo equipo del PP el descalabro electoral habría sido mayor. Y lo dice él, que ha sido uno de los principales responsables de la campaña y la elaboración de las listas que han llevado al PP al mayor desastre electoral de su historia, con menos de la mitad de escaños que tenía Rajoy.
Desprecio y falta de respeto
Al tiempo que esa renuncia al pasado supone un desprecio y una falta de respeto al trabajo y el talento de tantos y tantos compañeros que llevaron al PP a ganar cinco elecciones generales, dos de ellas con mayoría absoluta, y cuyas medidas de gobierno permitieron sacar a España de la mayor crisis económica de la historia moderna y sin rescate, entre otros logros. ¿Es así como se entiende la refundición de la que hablaba el líder del PP?
Mención especial en este culebrón merece el peregrinaje de Pedro Sánchez por España para reunirse con sus sociedades instrumentales con el objetivo aparente de recabar apoyos para una nueva investidura pero que huele más a precampaña electoral revestida de comedia para dar la imagen de que lo intenta para luego culpar a los demás de una probable vuelta a las urnas que él está buscando y propiciando.
Por cierto, que en esta ronda de consultas la muestra mayor de sensatez la han dado los interlocutores del presidente en funciones, tanto las cinco organizaciones ecologistas como el movimiento estudiantil contra el cambio climático, quienes le transmitieron que ni quieren convertirse en instrumento mediático ni se pronuncian sobre fórmulas concretas de Gobierno. En otras palabras, que el que quiera peces que se moje el culo.