Las previsiones económicas que está dejando la pandemia a su paso desde luego no son nada halagüeñas. Desde los 170 países que el Fondo Monetario Internacional espera que vean contraídas sus economías, hasta la caída del PIB del 15,1% que espera para España el Banco de España si hay un fuerte rebrote del virus este año. Pese a que se está destacando la importancia del turismo por el fuerte golpe que se está llevando este sector, hay otras industrias muy relevantes para la economía española que también necesitan ser atendidas.
Es el caso de la construcción. Según la Asociación Madrid Capital Mundial de la Ingeniería, Construcción y Arquitectura, el sector de la construcción, la ingeniería y la arquitectura perderá alrededor de 8.700 millones de euros de producción en 2020. Entre el 30 de marzo y el 9 de abril, el Gobierno obligó a la paralización total de las obras mediante un permiso recuperable retribuido.
Así, y como motor de la reactivación económica, es urgente que se elaboren planes de inversión de colaboración público-privada en infraestructuras. Esta es una de las conclusiones a las que llegaron los expertos que participaron en el Observatorio Construcción, los desafíos del sector, organizado por elEconomista en colaboración con EY-Parthenon y que estuvo moderado por Rubén Esteller, adjunto al director de elEconomista.
A este respecto desde Seopan (Asociación de Empresas Constructoras y Concesionarias de Infraestructuras), han identificado más de 157.000 millones de euros de necesidad de inversión en infraestructuras prioritarias para la próxima década. Por ello, Fernando González Cuervo, Socio responsable del sector de Construcción e Infraestructuras de EY España, reclama que "ahora deja de tener sentido tanto ejercicio teórico y lo que hace falta es pasar a la acción. Es necesario que haya una estrategia clara y que nos pongamos manos a la obra".
Entre las cantidades económicas que detalla Seopan, destacan el aumento de la capacidad hospitalaria, con un requerimiento de más de 22.000 millones de euros de inversión, más de 27.000 millones para mejorar la vertebración territorial a través de la capacidad de las vías interurbanas y urbanas o los más de 30.000 millones que serían necesarios para cumplir con el objetivo de ciudades y comunidades sostenibles.
"La próxima década debe ser de oportunidades en contraposición con la década perdida que hemos tenido desde el 2010 hasta el 2020. Una década en la que nuestra inversión pública se ha reducido del 4,7% al 2% actual. Hemos dejado de invertir más de 220.000 millones con respecto al nivel precrisis que teníamos en 2008. Y por esta razón las infraestructuras constituyen a día de hoy la principal palanca de reactivación económica", indica Julián Nuñez, Presidente de Seopan, quien avisa de que "no se trata de realizar planes de estímulo sin sentido, sino todo lo contrario, se trata de anticipar todo ese déficit inversor que tenemos en inversiones productivas para contribuir al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y mejorar el crecimiento económico y nuestro bienestar social".
Desde Seopan indentifican como necesaria una inversión de más de 157.000 millones en la próxima década
Del fondo de recuperación europea propuesto por la Comisión Europea, España recibiría 140.446 millones de euros, de los que un 7%, es decir, unos 10.000 millones irían destinados al sector constructor, del que dependen casi 3 millones de familias y hogares entre empleos directos e indirectos. En este sentido, Jesús Ortiz Used, General Manager de HeidelbergCement, resalta que "todo lo que se invierte en este sector se traslada de manera prácticamente inmediata a la economía real".
Por ello, la colaboración público-privada se abre como una vía indispensable para poder activar ese motor. Como recuerda José Antonio Madrazo Salas, Director de España, Portugal y área industrial de FCC Construcción, "los presupuestos generales del estado son los que son, los españoles que contribuimos a ese esfuerzo fiscal somos los que somos, las empresas tienen una carga fiscal compleja, con problemas para seguir adelante, y si ponemos todos estos ingredientes en la coctelera, la colaboración público-privada es el único camino". Sobre todo, teniendo en cuenta que las estimaciones apuntan a que el endeudamiento público aumentaría hasta rondar el 115%-120%, el doble del techo fijado por Bruselas antes de la pandemia.
Ante la demonización que esta colaboración genera en algunos sectores, Huberto Moreno, Director General de Construcción de Acciona, indica que "deberíamos quitarnos el complejo y hablar de las cosas con mucha más naturalidad y mucha más transparencia, reconociendo los errores. Todos conocemos las experiencias negativas, pero también son evidentes los casos de éxito".
Medidas concretas
Entre algunas de las medidas que estos expertos creen que son necesarias en el corto plazo se encuentran asegurar la liquidez, principalmente cuando hay empresas pequeñas y medianas que no podrán aguantar mucho tiempo, y la ejecución de obras que ya estaban adjudicadas pero que no se han ejecutado.
"La primera palanca que todos deberíamos tener en cuenta son los datos de 2019 en el que hemos visto una licitación pública que crecía prácticamente un 12% y una ejecución de obra pública que se contraía entorno a un 5% comparado con 2018, es decir, hemos licitado mucho pero hemos ejecutado poco. Y ese déficit de ejecución es una oportunidad desde mi punto de vista, que tenemos hoy en el 2020 para reactivar prácticamente con carácter inmediato la actividad del sector de la construcción", argumenta Jesús Ortiz Used. Una de las últimas novedades es la anunciada por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, que reformulará de nuevo el Plan Especial de Carreteras (PEC), heredero del Plan Extraordinario de Inversión en Carreteras (PIC) que anunció en 2017 el expresidente del Gobierno Mariano Rajoy y que nunca llegó a ver la luz, en el que el plazo de concesión de los proyectos se situará en el entorno de los 25 años.
Otro de los elementos indispensables es la modificación del marco regulatorio para atraer la inversión, ya que la falta de mensajes claros que maquen una política muy clara de inversiones, de apoyo al sector y de medidas concretas dificultan mostrar España como un destino atractivo. "Necesitamos un modelo regulatorio más actualizado, más moderno, que no ponga cortapisas a la rentabilidad de los proyectos y que siga las recomendaciones de la Comisión Europea", señala Julián Nuñez.
Con el recuerdo aún del estallido de la burbuja inmobiliaria muy presente, algunos planes anunciados por comunidades como la de Madrid, que sacará a concurso público la venta de 193 parcelas, han levantado revuelo. No obstante, desde el sector quieren dejar claro que la construcción no entra en conflicto con la economía del futuro, y que esta visión se debe a la falta de información sobre las necesidades de inversión.
Como indica Huberto Moreno, "el sector de la construcción es clave en el desarrollo sostenible de nuestra sociedad. Trabajamos desde hace años en la descarbonización paulatina y la consecución de los ODS alineados con la taxonomía de la Unión Europea".
Así, José Antonio Madrazo recalca que si "si hay sectores políticos que con este anuncio [el de la Comunidad de Madrid] culminan en un mensaje como el que están mandando, pues será que no lo hemos explicado bien. Vamos a insistir en el mensaje, porque si alguien se para, medita, lo ve, lo escucha, nunca podrá dar un mensaje como el que se está dando".
A este respecto, Julián Nuñez destaca que "hoy en día se puede predecir el impacto económico y social de beneficio de cualquier infraestructura y esos análisis hay que hacerlos. Si no se hacen y se anula el diálogo con el sector privado, pues difícilmente llegaremos a ningún puerto". Por su parte, Fernando González Cuervo incide en que "tenemos que ponernos manos a la obra cuanto antes para disipar todos estos demonios del pasado".
Infraestructuras, las que antes se recuperarán, según EY
Bajo el título El Día Después. Impacto del Covid-19 en el sector de la construcción EY ha presentado un informe en el que prevé que la construcción de infraestructuras se verá menos afectada por la crisis que las obras residenciales u otras edificaciones debido a que se trata de un subsector condicionado por las potenciales medidas de la Unión Europea.
Si en el corto y medio plazo siguen realizándose las obras que se habían iniciado con inversión pública para incentivar la economía, en el largo plazo, se espera una vuelta a la actividad prevista con anterioridad a la crisis. Estas obras nuevas estarían enfocadas principalmente en infraestructuras de tratamientos de aguas, medioambientales y sanitarias.

Por otro lado, desde la firma creen que en la llamada nueva normalidad, habrá un cambio de tendencia en la tipología de obras iniciadas, con más obra pública y para cliente patrimonialista, a la vez que esperan una mayor concentración del sector por la reducción del número de empresas solventes.
Desde el punto de vista financiero, "creemos que el impulso de la colaboración público-privada va a ser necesario, básicamente porque los estados incrementarán su deuda de forma desmesurada y porque el privado siempre ofrece ventajas de eficiencia y cumplimiento que garantizan que, en este caso, las infraestructuras estarán en tiempo y forma", explica Fernando González Cuervo, Socio responsable del sector de Construcción e Infraestructuras de EY España. Además, desde la compañía esperan que aumente la exigencia de pago al contado o mediante factorings o confirmings para garantizar el acceso a la liquidez.
Puede consultar el Observatorio completo aquí.