
Nació en 1987 como homenaje a los 40 años de Ferrari, pero nunca habrían imaginado que un accidente lo haría trending topic en la era de las redes sociales.
Un día puede que lancen un documental explicando que todo fue una maniobra, un montaje de marketing. Si así fuera, en este mundo de la transmisión de sucesos en tiempo real, nos lo podríamos creer. Las portadas de medios digitales, incluso sin interés en el automóvil, destacaban que se había estrellado un Ferrari mientras circulaba por Mónaco, propiedad del piloto de Fórmula 1 de McLaren, Lando Norris.
Luego, resultó que no era un Ferrari cualquiera, sino un F40, una pieza de colección, de la que se construyeron pocos ejemplares (cerca de 1.300, aunque las cifras siempre son confusas, pues se suman prototipos, más algún "extra" para alguien importante).
El F40 nació como homenaje a los 40 años de la marca Ferrari. Era un biplaza para circular por la calle, sin lujo alguno, sin ayudas a la conducción, con características técnicas que lo convertían el coche más parecido a un Fórmula 1 que se podía matricular.
Fenomenal inversión
Existiendo un video del momento del accidente, las redes sociales estallaron. Los entendidos enseguida se dieron cuenta de que Norris no conducía. Otros, menos conocedores, abrieron los ojos como platos por lo que podía valer un coche como el F40. En pandemia se encontraban por encima del millón de euros, en 2022 el precio medio del F40 estaba en 1,5 millones o 2 millones los mejores, pero se han llegado a pagar 4 millones, siendo 2,5 millones el precio medio actual de las transacciones. ¿Burbuja inmobiliaria, dicen?
Enseguida surgieron más vídeos de cómo se reparaba un F40, con un golpe similar, pero quizá lo más llamativo para los amantes del automóvil es lo rápido que los mejores profesionales del sector han aprovechado la renacida popularidad del F40.
Officine Fioravanti muestra su F40 ¡con ABS y servodirección!
Los F40 y coches similares que suben y suben su valor son los que tienen mínimo uso y, sobre todo, continúan siendo originales. Sin embargo, muchos millonarios desean usar sus joyas y conducirlas, exactamente para lo que se crearon. Y si ya han perdido parte de su pedigrí, tienen muchos kilómetros, incluso algún accidente serio, ¿por qué no disfrutarlos?
Officine Fioravanti aprovechó los días siguientes al ruido mediático para mostrar su elegante "restomod" sobre el F40, una restauración prácticamente invisible, que lo haría algo más conducible.

Después de hacer públicos algunos de sus fallos y sutilmente justificar que el accidente del coche de Lando Norris era algo cantado, Officine Fioravanti mostraba en redes su "F40 Alte Prestazioni". Que nadie se equivoque, se trata de "altas prestaciones" que ya incorpora cualquier coche. Lo más importante era añadir todo aquello que hace al F40 inconducible para el usuario de hoy: añade servofreno, para no tener que ponerse de pie sobre el pedal para conseguir algo de frenada. Segundo paso: añade ABS, para no bloquear si has conseguido frenar bastante y el suelo está algo resbaladizo. Paso tercero: poner una servodirección, para no dejar los antebrazos agotados solo con las maniobras para sacarlo del garaje y, de paso, una nueva cremallera. El cuarto paso consiste en un dispositivo para elevar el morro, con lo que se pueden sortear los ralentizadores de la urbanización e incluso afrontar la suave rampa del garaje (es la primera reforma seria de la casa que hizo todo propietario de hipercoches). En los 90 el labio de fibra de carbono que sobresalía del morro costaba ya medio millón de pesetas, unos 3.000 euros, y estaba a una altura tan baja, que cualquier resalte del asfalto ya lo destrozaba.
Vamos, el F40 Alte Prestazione permite que un piloto de Formula 1 pueda prestárselo a un amigo o para que un millonario lo pueda conducir alguna vez sin poner en riesgo su inversión e incluso conduzca disfrutándolo. Unas llantas de mayor diámetro permiten incorporar neumáticos más modernos, adaptados a la nuevas capacidades del chasis, y lo hacen reconocible al primer vistazo.
Cubiertos los básicos, el F40 Alte Prestazioni modifica sus trenes rodantes, cambiando sus brazos de suspensión, bujes y rótulas, e incorporando amortiguadores Öhlins regulables. Mejoran los frenos con unos Brembo de discos carbocerámicos (para que el sobrepeso de las ayudas básicas no aumente el subviraje, como se quejan los dueños de otras transformaciones).

DK Engineering, punto de referencia
Los afamados británicos de DK Engineering, conservadores, restauradores y más, tardaron nada en mostrar las fotos de su último trabajo para dejar un F40 en estado de revista, mejor que el día que lo fabricaron.

Han "hecho" muchos en DK, pero este era claramente una "rara avis" por su color azul, que aterrizó en Europa y que acababa de volver a Estados Unidos como recién re-producido. En su web podemos comprobar que acaban de vender uno (rojo, como casi todos), y que aún tienen otro en venta con solo 6.000 kilómetros.
¿Y dónde está el plot-twist de marketing?, se preguntarán. Pues que el F80, que conmemora los 80 años de Ferrari ya está a la venta.
El próximo en la saga de "series especiales" de Ferrari será el F80 para conmemorar los 80 años de Ferrari (cuando concluya su producción en 2027; las entregas empiezan este año)
El F80 es un lejano heredero del F40, el F50 y el Enzo, dentro de lo que denominan Special Series. Su motor es el derivado del que venció Le Mans en 2024, pero es un V6 híbrido enchufable. Sí, que los F1 también son V6 e híbridos, pero ¿un Special Series? Tendrá más potencia que ningún Ferrari de calle, 1.184 caballos, pero su precio de salida será de 3,6 millones de euros, a pesar de que será menos exclusivo que un LaFerrari (se producirán 799 unidades del F80, frente a las 499 fabricadas de LaFerrari). Un "pero" en cada frase. Quizá el universo se ha conjurado para recordar cómo se revalorizan las creaciones de Ferrari y confirmar a sus acaudalados compradores la suerte de haber sido elegidos para acometer semejante inversión.