Motor

Las dudas de Ford inquietan en Almussafes: piden reunirse con el presidente y el CEO en Detroit

Logotipo de Ford en un capó.
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A punto de cerrar el año 2023, la factoría de Ford en Almussafes (Valencia) sigue sin tener noticias de las inversiones para la electrificación y de los modelos de coches eléctricos que la marca estadounidense prevé montar en sus líneas de montaje, tal y como anunció hace año y medio. Y a ello se suma la continua tendencia a la baja en la producción, que se acentuará en el primer trimestre del próximo año con el final de la producción de la Transit Conect.

Según explican desde UGT, el sindicato mayoritario en la planta, "en estas vacaciones de Navidad se deberían estar produciendo las primeras inversiones
para transformar la fábrica hacia la electrificación", sin embargo no sólo no se están produciendo sino que ni siquiera existen plazos aún ante la decisión de Ford de poner en revisión sus planes para el coche eléctrico en Europa. El sindicato mantuvo la semana pasada una reunión en Alemania con el resto de comités de empresa de la multinacional en Europa sin que la compañía haya transmitido plazos para los eléctricos.

El problema en el caso de la factoría española es que mientras la multinacional deshoja la margarita ante el lento avance de los vehículos eléctricos, su producción se sitúa en mínimos y aún lo hará más en apenas unos meses. A partir de abril dejará de fabricar la furgoneta Transit Conect y sólo mantendrá el Kuga, el modelo que supone la mayoría de su producción desde hace años.

En línea con las previsiones ya anunciadas, la planta valenciana cerrará este año con un recorte de la producción del 10,5% respecto a 2022, con casi 26.000 coches menos. La factoría situará su volumen de fabricación este año en 219.599 vehículos.

La factoría ya realizó un recorte de cerca del 20% de su plantilla este año, con la salida de 1.100 trabajadores, y comenzará el año con unas 4.800 personas, lejos de los 7.000 que llegó a tener antes de la pandemia cuando montaba 5 modelos distintos. Desde el propio comité de empresa se da por hecho que será necesario un nuevo ajuste de personal, ya que actualmente no hay actividad para toda la plantilla.

Sin embargo, desde el sindicato mayoritario UGT se rechaza negociar cualquier ERTE o ERE hasta que la multinacional fije plazos claros y modelos eléctricos, tal y como incluía el plan de electrificación que se pactó en plena pugna con la fábrica alemana de Saarlouis, que finalmente cerrará. "No negociaremos medidas de flexibilidad, ni temporales ni definitivas, mientras no haya ningún tipo de respuesta por parte de la compañía", señala el sindicato.

Inestabilidad

Según ha transmitido el sindicato a sus afiliados, "como consecuencia de esta indecisión, aquí en Almussafes nos vamos a encontrar en un escenario bastante complejo, ya que el próximo año dejaremos de fabricar la furgoneta, lo que lógicamente generará inestabilidad ante la falta de concreción" de la empresa.

Por ello UGT ha recurrido al Comité de Empresa Europeo de Ford para solicitar formalmente por carta una reunión de los representantes de los trabajadores en en Europa con los dos principales mandatarios de Ford a escala mundial, su CEO, Jim Farley, y el propio presidente ejecutivo, Bill Ford, para poder conocer de primera mano los planes del grupo después de que se hayan aplazado sin fecha las inversiones en electrificación.

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