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Qué pasaría con el suministro energético si todos nos pasamos al coche eléctrico, según Bloomberg

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Poco a poco, el coche eléctrico gana presencia sobre el total de vehículos que se venden en España. En lo que va de año (entre enero y mayo), las matriculaciones de coches 100 % eléctricos han crecido un 75 % respecto al mismo periodo de 2022. Sin embargo, en cifras totales siguen siendo pocos (13,188 o el 3,5 % de la cuota total) si se compara con los objetivos de descarbonización fijados por el Gobierno.

Mientras que para el año 2030 se confía en que el parque automovilístico cuente con 5 millones de vehículos eléctricos (según se estableció en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030), a finales de 2022 esta cifra solamente llegó a los 226.111 coches electrificados, según el Informe Anual de Vehículo Electrificado elaborado por Anfac.

Por tanto, es evidente que no se están vendiendo tantos coches eléctricos como se pensó en su momento. Y muchos de los motivos detrás de este fenómeno son de sobra conocidos. De hecho, este mismo informe establece como principales obstáculos tanto el elevado precio de venta como la ausencia de puntos de recarga de acceso público. Para potenciar sus ventas, el Gobierno ha tratado de ofrecer incentivos económicos a sus compradores, como las que se frecen en el Plan MOVES o la recién anunciada desgravación del 15 % en el IRPF. No obstante, los argumentos de tipo económico no son los únicos que juegan en contra de la movilidad eléctrica.

Desafortunadamente, sobre esta tipología de vehículos circula un gran número de desinformaciones, exageraciones o rumores, que afectan negativamente a la opinión que el público que nunca ha tenido un eléctrico se forma sobre ellos. Teorías como que conducen solos y atropellan a peatones, que arden con facilidad y explotan o que se averían con mayor frecuencia respecto a los coches tradicionales son algunos de estos ejemplos.

Hace unos meses, el jefe de análisis de transporte y automoción en Bloomberg, Colin Mckerracher, dedicó un artículo a desmontar una de estas teorías ampliamente extendidas: ¿colapsaría el sistema eléctrico si todos utilizásemos el coche eléctrico?

Según su análisis, elaborado el pasado mes de octubre, el año 2022 debió finalizar con 27 millones de vehículos eléctricos circulando por las carreteras de todo el mundo. Con esta cifra como referencia, estimaba que la demanda mundial de electricidad que todos estos coches requerirán será de alrededor de 60 teravatios hora (TWh). Y esta cifra, aunque muy elevada, dista bastante de la demanda mundial de electricidad, "que rondará los 28.000 TWh este año". Dicho de otro modo, la demanda mundial de electricidad generada por los coches eléctricos sería de alrededor del 0,2 % de la electricidad total, y sin tener en cuenta que muchos usuarios poseen instalaciones de autoconsumo.

El caso de Noruega

Ese cálculo básico, no obstante, no servía para responder a la premisa inicial. Por ello, y para seguir aproximándose a la respuesta, el analista expuso el caso de Noruega, país en el que los eléctricos ya representan el 20 % de los automóviles en circulación.

"Allí, los vehículos eléctricos han aumentado la demanda de electricidad un 1,4 %. Todavía no es mucho, pero Noruega es un caso especial. Tiene un consumo per cápita muy alto porque hace frío, hay mucha calefacción eléctrica y muchos procesos industriales electrificados, por lo que el denominador es grande", explica Mckerracher. Sin embargo, esta radiografía tampoco permite vislumbrar qué pasará en un futuro cuando, mayoritariamente, la movilidad sea eléctrica.

Dos escenarios para 2040

Para ahondar en esta cuestión, el analista explicaba cuáles son los dos escenarios más probables que maneja la agencia de noticias financieras para el año 2040. Uno, en el que se implementen de forma mayoritaria nuevas políticas y que los estados se encaminen hacia las cero emisiones netas, y otro en el que sean las propias fuerzas del mercado las que impulsen la transición a su ritmo. Así, los dos escenarios difieren en que las ventas de vehículos eléctricos supongan entre el 75 % y casi el 100 % de las ventas para la década de 2030 (ambos escenarios optimistas y altamente demandantes de energía).

Tomando estos dos escenarios como referencia, habría entre 730 millones y mil millones de vehículos eléctricos en 2040. Así, las demandas mundiales de electricidad aumentarían, aproximadamente, entre un 7 % y un 9 %. "No todos los vehículos eléctricos son automóviles, por lo que la adición de autobuses, camiones y otros vehículos eléctricos a la combinación aumenta un poco más las cifras, agregando entre un 11 % y un 15 % a la demanda mundial de electricidad en 2040 en los dos escenarios", añadió el analista.

Incluso yendo más allá e imaginando un 2050 en el que casi todo el transporte por carretera sea eléctrico, el análisis de Bloomberg estimaba que la demanda mundial de electricidad se incrementaría un 27 %. Por lo tanto, y al menos de aquí a 2050, no consideran que el sistema eléctrico vaya a colapsar ante una mayoría de vehículos eléctricos.

"La integración de los vehículos eléctricos en el sistema de energía requerirá una planificación cuidadosa, incentivos para la carga fuera de las horas pico para reducir la demanda máxima y un refuerzo de la red localizada en muchos lugares. Sin embargo, como parte de la demanda mundial de electricidad, la contribución seguirá siendo muy modesta durante algunos años", concluyó Mckerracher.

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