Motor

El D-Hub arranca la fase 2 de la reindustrialización de Nissan: el objetivo, producir ya en 2024

  • QEV comenzará a principios del año que viene a montar vehículos previamente fabricados en China
  • Btech arrancará con los trabajos a finales de ejercicio con el relanzamiento de la marca Ebro
  • Calculan que se contratará a 600 extrabajadores de la firma nipona para iniciar el proyecto
Pere Navarro, delegado del Consorci; Reyes Maroto, ministra de Industria; Roger Torrent, conseller d'Empresa; y Natàlia Mas, consellera d'Economia. Luis Moreno
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Casi tres años después de que Nissan oficializase su marcha de Barcelona, las administraciones y el Consorci de la Zona Franca han entregado las llaves de la fábrica a su nuevo inquilino. La alianza entre la logística australiana Goodman y las ingenierías QEV y Btech firmó el viernes el contrato de 50 años con el que gestionará la instalación portuaria. El objetivo es ponerse a trabajar lo antes posible, a la espera de cerrar la entrada de financiación. Aunque el papel lo aguanta todo, ambas firmas aspiran a comenzar a producir ya en 2024, por lo que iniciarán ya la contratación de personal.

"Ahora es el momento de hacer que todo lo que está puesto en los papeles pase", advirtió el presidente del Consorci, Pere Navarro, en un acto celebrado este lunes en Barcelona. Lo dijo en presencia de la ministra de Industria, Reyes Maroto; el conseller d'Empresa, Roger Torrent; y la de Economía, Natàlia Mas. Pero sobre todo ante los ejecutivos de las firmas agraciadas con la instalación, que ya han sido bendecidas con 65 millones del Perte del automóvil.

Llega ahora el momento de la verdad en un camino de idas y venidas, en el que llegaron y se descartaron nombres como el de la china Great Wall Motors y en el que se impuso la visión de las administraciones, que querían un proyecto industrial, frente al del Consorci, que prefería la logística.

El D-Hub sostiene que superará las 60.000 unidades producidas en tres años

Por el momento, el proyecto del D-Hub vive de expectativas, aunque ya logró cerrar sus primeros pedidos, como el que Bimbo hizo a QEV de 1.500 furgonetas de reparto. No obstante, su voluntad es comenzar a fabricar en 2024 y alcanzar las 70.000 unidades en 2026. Para ello comenzarán ya con la contratación de los extrabajadores de Nissan. En marzo aspiran a incorporar a una veintena, necesitan 600 para arrancar con los trabajos y prometen tener a 1.000 el año que viene.

Para comenzar lo más rápido posible, QEV –una de las dos patas del D-Hub- pretende producir ya a comienzos de 2024. Lo hará bajo el sistema denominado CKD, que consiste en terminar de montar coches fabricados previamente en otro país, por lo que apenas tiene impacto en la industria de componentes de la región y se necesita menos mano de obra.

En el caso de la organización dirigida por Joan Orús, importará los coches desde China durante al menos un año, hasta que pueda comenzar a realizar la actividad íntegramente en Barcelona. El dirigente añadió que negocia un acuerdo con 50 concesionarios para vender las furgonetas, que se comercializarán bajo la enseña Zeroid.

Más lenta irá Btech. La firma será la encargada de fabricar una pick up y una furgoneta para Ebro –no son la misma empresa-. Sin embargo, lo hará íntegramente en Zona Franca, por lo que la actividad no arrancará hasta finales de 2024.

Según explicó Orús, la voluntad es alcanzar entre 60.000 y 70.000 unidades entre 2026 y 2027, con un 60% de producción propia y el resto para terceros.

¿Y esto quién lo paga?

La solidez financiera del D-Hub fue siempre la duda que despertó el proyecto. Así como Silence, que se quedará parte de los 518.000 metros de la instalación, tiene a Acciona como primer accionista, ni QEV ni Btech cuentan con grandes apoyos en su capital. Básicamente son propiedad de su equipo fundador y su facturación está lejos de la que requiere un proyecto como el de reindustrializar Zona Franca.

La alianza ya tuvo problemas para lograr los avales para acceder al dinero público del Perte VEC. Se tuvo que conformar con captar 65 millones de la convocatoria, cuando aspiraba a 107 millones, por las reticencias de la banca a aportar garantías. Y solo logró parte de la financiación después del apoyo expreso del Institut Català de Finances (ICF), propiedad de la Generalitat.

Ambas firmas aseguran que tienen en marcha ampliaciones capital por un valor conjunto que ronda los 100 millones de euros. Siempre dijeron que se cerrarían una vez firmado el contrato con el Consorci de la Zona Franca, por lo que este lunes defendieron que los nuevos inversores se conocerán en "semanas".

Sí lograron que Goodman, que es quién oficialmente figura como inquilino, les prestase 30 millones para adquirir los activos de Nissan. La australiana también alcanzó el compromiso de poner otros 100 millones para habilitar la nave y poder lanzar su iniciativa logística. Con su presencia, el Consorci se aseguró que seguirá cobrando las rentas de la planta a pesar de que el proyecto del D-Hub no vaya bien. Y en el contrato se olvidó de la renta antigua de la que disfrutaba la automovilística nipona para elevarla a 24 euros por metro cuadrado.

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