Motor

El D-Hub acelera para comenzar a producir en 2023

  • Goodman, QEV y Btech esperan firmar esta semana el contrato para quedarse con la antigua Nissan en Zona Franca
Imagen de la planta de Nissan en Zona Franca. EE
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Prácticamente dos años y medio dos años y medio después de que Nissan anunciase el cierre de la fábrica de Zona Franca (Barcelona), el terreno sigue sin un nuevo inquilino. La reindustrialización no siguió el ritmo esperado por administraciones y trabajadores, pero esta semana aspira a confirmar oficialmente su nuevo inversor. Tras obtener ya el visto bueno del órgano decisor del Consorci de la Zona Franca –el dueño de la planta-, está previsto que en los próximos días Goodman, QEV y Btech firmen la adjudicación de la factoría portuaria catalana.

Aunque nadie se atreve a darlo por seguro vistos los antecedentes –un ejemplo fueron las dificultades para lograr los avales del Perte-, se espera que esta semana se adjudiquen definitivamente las instalaciones. A partir de allí, comenzará un procedimiento que tiene como objetivo que QEV y Btech puedan comenzar a producir sus primeros vehículos a finales de 2023.

El D-Hub pretendía arrancar con la actividad a mediados de 2023. Primero, eso sí, debía cerrar la financiación de todo el proyecto. Ya captó 65 millones de euros de fondos europeos con el Perte del automóvil y la australiana Goodman, su socio inmobiliario, también pondrá su parte. Sin embargo, ambas empresas aseguran estar negociando con inversores privados para que aporten parte del capital. Algo que de momento no ha sucedido y que debería suceder una vez la adjudicación sea oficial.

El fallo del Consorci llega con retraso. Y eso implicará una demora en el arranque de las furgonetas eléctricas que el D-Hub pretende ensamblar en la Zona Franca. De este modo, el inicio de la actividad se producirá a finales de 2023 en lugar de a mediados de año, como estaba inicialmente previsto.

Para ello, QEV y Btech deberán empezar a ampliar su estructura este mismo mes de febrero. Primero, personal para poder hacer las incorporaciones necesarias de los extrabajadores de Nissan. La contratación de los empleados de fábrica llegaría más adelante. Sin embargo, y a pesar de que existe la previsión, todavía no se ha comunicado de manera oficial a los sindicatos que pilotaron la mesa de reindustrialización.

La alianza era la opción favorita de los trabajadores y las administraciones ante la falta de interés claro de otros inversores tras un sinfín de retrasos -el plazo de presentación de ofertas terminaba originalmente en agosto-. Great Wall Motors se desentendió del proyecto a medio camino y Chery llegó demasiado tarde a la mesa de reindustrialización.

El proyecto del D-Hub

Formalmente, el Consorci de la Zona Franca firmará el alquiler de los terrenos con la logística australiana Goodman que, a su vez, subarrendará parte de la instalación a las automovilísticas. Ambas deben comprometerse a acometer una inversión de 100 millones de euros. Para ello, QEV y Btech cuentan con el impulso de los 65 millones de euros recibidos en el Perte del automóvil y podría obtener financiación adicional por parte del ejecutivo autonómico. Sería complicado de asumir con recursos propios: las ventas de QEV en 2021 alcanzaron los 12,9 millones y que el Ebitda superó los 3,5 millones, por lo que se abandonaron los números rojos tras el golpe de la pandemia. Para 2022, la cifra de negocio ya rebasó los 16 millones en diciembre.

El plan eso sí será diferente al original. Si en un primer momento se pretendía fabricar para marcas como Ronn, Tevva, Volta, Inzile, Quantron y Voltia, ahora solamente se ensamblarán vehículos de los dos fabricantes. Es decir: QEV hará sus furgonetas eléctricas Zeroid y Btech apostará por el relanzamiento de la marca Ebro en formato cero emisiones.

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