
La cultura asiática es mundialmente conocida por la importancia que da al protocolo en las relaciones humanas y comerciales, y precisamente un desplante por parte del entonces presidente de la Generalitat de Cataluña, José Montilla, alejó el interés de Chery por Barcelona hace una década.
El entones también líder del PSC llegó a viajar a la región de origen de la compañía de automoción china en septiembre de 2010 para rubricar su desembarco europeo en territorio catalán, pero solo arrancó un acuerdo para conformar un grupo de estudio que decidiese sobre la viabilidad del proyecto. Y es que Montilla falló en el momento decisivo, rompiendo la confianza de los responsables políticos y empresariales de Chery.
Todo empezó meses antes con la visita a Barcelona de una delegación china, a la que se le mostraron varias posibles localizaciones en el entorno de la capital catalana y las instalaciones portuarias de la ciudad (que tienen a China como principal socio comercial en mercancías e incluyen terminales exclusivas para la distribución de vehículos), e incluso tuvieron un encuentro en la escuela de negocios Iese con representantes del sector de la automoción catalán que podían actuar como proveedores.
Este viaje fue un éxito, pero Chery necesitaba que la decisión final se hiciese pública en China, y así lo hizo saber a la presidencia de la Generalitat. Montilla puso sus condiciones: que el acto fuese en Pekín para no tener que desplazarse hasta la sede de Chery en Wuhu, y que fuese un domingo, por su disponibilidad de agenda.
Pero cuando ya estaba todo preparado, el presidente catalán anuló el viaje a última hora y peor aún, no lo comunicó a Chery, que se quedó compuesta y sin novio en un gran espacio reservado para la ocasión con la cúpula directiva de la compañía, representantes políticos chinos regionales y nacionales, y fabricantes de componentes del gigante asiático.
Estaban previstos discursos, actuaciones y una gran comida. El presidente de Chery salvó la situación haciendo un discurso genérico sobre la importancia de la internacionalización, sin mencionar ubicaciones concretas, y la cúpula directiva se retiró en cuanto pudo, entre el desconcierto de los allí presentes.
Montilla anuló el viaje aduciendo su elevado coste en pleno momento de recortes presupuestarios por la crisis, pero tampoco se molestó en designar a otro representante de la Generalitat en su lugar. De hecho, aquel día, ya tarde, llegaron apresurados al evento cuatro trabajadores de la administración catalana en China a los que les acababan de informar del asunto y que nada sabían previamente del proyecto, según testigos presenciales.
Una década después, Chery reactiva su interés por Cataluña, con nuevos representantes políticos y nuevos retos y oportunidades económicas.
A favor de su llegada juega la disponibilidad de mano de obra preparada a precios razonables; las facilidades logísticas portuarias, viarias y ferroviarias, que conectan con el resto de España y Europa; el ecosistema local de proveedores, y el clima benigno. Además, ya han llegado a Cataluña fabricantes de componentes chinos como PXI Automotive, que ha ubicado en Torelló (Barcelona) su primera planta europea.