Motor

La Generalitat sale al rescate: avalará en la sombra al D-hub para salvar la reindustrialización de Nissan

  • El Institut Català de Finances no puede apoyar directamente a QEV y BTech
  • A través de Acció ya ha concedido 2 millones en ayudas
  • El 95% de las cantidades que percibirá en el Perte son subvenciones
Panorámica de la fábrica de Nissan en Barcelona. EE
Barcelona/Madridicon-related

A pesar de las dificultades regulatorias, la Generalitat de Catalunya se ha puesto entre ceja y ceja ayudar al hub de descarbonización (D-Hub) en su camino por quedarse con la antigua planta de Nissan en la Zona Franca de Barcelona. La administración ya presionó para que la fábrica se destinase a la automoción y no a la logística, hace un año que comenzó a otorgar ayudas a las empresas promotoras del proyecto y ahora ha encontrado la fórmula para avalarla concesión de los 107,8 millones -un 95% son subvenciones- que solicitaron en el Perte del coche eléctrico pese a la negativa inicial de Industria.

El Institut Català de Finances (ICF) aprobó la semana pasada conceder un aval de 40 millones de euros a QEV Technologies y BTech. Los dirigentes de ambas firmas respiraban tras admitir las dificultades que estaban teniendo para recabar los avales para recibir 97.064.575 euros, el 90% de la ayuda pública. La banca no quería asumir el riesgo con una compañía que factura 15 millones de euros.

Sin embargo, el Ministerio de Industria rechazó la operación con dos argumentos: el ICF no dispone de ficha bancaria, por lo que el aval no sería válido, y al estar implicado más dinero público la Comisión Europea podría considerarlo una ayuda de Estado y retirar el proyecto del D-Hub de los fondos europeos. A cambio, aplazó por siete días hábiles la fecha máxima de presentación de las garantías, que finalizaba el 17 de noviembre, hasta el 25 de noviembre.

La fórmula del ICF: avalar el aval que un banco le conceda al D-Hub

Un contratiempo más para la empresa que dirige el expiloto Joan Orús. Ahora, fuentes cercanas a la agrupación explican a elEconomista.es que encontraron la manera de solventar la negativa de industria: articular el aval como una contragarantía para la banca. O lo que es lo mismo: avalar el aval que le conceda una entidad financiera. De este modo, se confía en sortear la restricción del Estado.

Las fuentes financieras consultadas por este medio veían con recelo asumir todo el riesgo de la operación, que consideran muy elevado. El proyecto, lamentan, estaba poco definido y hasta el momento "no hay fumata blanca", coinciden desde dos bancos. La carpeta está encima de la mesa de las grandes entidades del país, pero ninguna dice estar entusiasmada con ella.

Por ello, es posible que la Generalitat incremente estos 40 millones de euros a través de nuevas líneas de financiación o mecanismos de ayudas. El apoyo podría incluso superar el 50% del total, por lo que el pool bancario pasaría a jugarse alrededor de 10 millones si se repartiera el aval entre cuatro organizaciones diferentes.

Y es que el hub de descarbonización que promueven QEV y Btech fue el tercer proyecto, por detrás de Seat/Volkswagen y Mercedes-Benz, que más fondos recibió en la resolución definitiva del Perte del Vehículo Eléctrico y Conectado (Perte_VEC). El proyecto se beneficiará de 107.849.528 euros, lo que significa hasta el 12,3% del total de los 877 millones de euros disponibles en esta primera edición del Perte_VEC. La asignación supone 2.748.523 euros más de los que le concedieron en la resolución provisional, es decir, un 2,6% más. Del total de las ayudas obtenidas, el 95,4% corresponden a subvenciones, un total de 102.945.601 euros, mientras que 4.903.927 son préstamos al 0% de interés.

La Generalitat ya concedió 2 millones a través de cuatro convocatorias

El Perte sin embargo es solo una de las vías de financiación con las que cuenta el D-Hub para reindustrializar la fábrica de Nissan. Hasta ahora el apoyo público ha sido la principal garantía para el conglomerado, que ya vio como las administraciones presionaban a favor del uso industrial cuando el Consorci de la Zona Franca de Barcelona barajó destinar la planta a la actividad logística. Una vez se desvaneció la opción de la china Great Wall Motors vieron que la opción pasaba por el conglomerado catalán.

De hecho, a lo largo del último año la Generalitat ya dio hasta 2 millones de euros en subvenciones a QEV, la firma que lidera el consorcio, en el último año. Lo hizo a través de la Agencia para la Competitividad de la Empresa (Acció), que otorgó financiación a la empresa a través de cuatro convocatorias diferentes, tanto de apoyo a la automoción como de reindustrialización.

Más difícil lo está teniendo con los inversores privados. A los recelos de la banca se suma la falta de concreción sobre los fondos que tiene detrás. Aunque cuenta con cartas de interés, ninguna es todavía firme. Entre los potenciales interesados estaría HIG, el fondo de capital riesgo dirigido en España por Jaime Bergel, según El Confidencial.

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