
El Consorci de la Zona Franca de Barcelona se topará el próximo lunes con dos ofertas para quedarse con la antigua fábrica de Nissan en la zona portuaria. El titular de los terrenos cerrará el plazo para la presentación de candidaturas el 31 de octubre con más dudas que certezas sobre quién será escogido para llevarse la planta. El hub de descarbonización, la opción favorita por sindicatos y administraciones, necesita todavía conseguir la financiación privada para captar los 107 millones que le tocan del Perte de la automoción. La otra candidata es la alianza entre Merlin Properties, el Puerto de Barcelona y Mecalux, que no cumple con el requisito de hacer automoción en la parte industrial.
Este jueves se celebró una reunión de la mesa de reindustrialización con tal resolver las últimas dudas acerca de un procedimiento que debió haberse cerrado el 15 de agosto. Las dificultades del hub para cerrar un acuerdo con la logística Goodman provocaron que los plazos se extendieran hasta el lunes. Fuentes del Consorci aseguran que no se volverá a alargar.
La pelota está en el tejado del hub que ya habría llegado a un acuerdo con Goodman. El pacto eso sí está supeditado a que el consorcio liderado por QEV y B-Tech cierre la financiación privada que necesita. Para empezar los avales exigidos por el Gobierno para hacerse con el dinero del Perte, algo que por el momento no ha cerrado. Como avanzó TV3, negocia con un pool bancario formado por Banco Santander, Bankinter, Caixabank y BBVA.
El 'hub' ha tenido dificultades para cerrar su financiación privada: pide flexibilidad con los avales
Joan Orús, consejero delegado de QEV, lamenta las dificultades para acceder a estas garantías por la estructura de la ayuda pública. El conglomerado pidió recibir el 50% de la subvención en 2023 y el resto en 2024, lo que reduciría la cuantía a solicitar. El Ejecutivo denegó su reclamación y el primer plazo será de 96 millones (el 90% de los 107 millones).
No obstante, sostiene que podrá logar el favor de la banca en las próximas dos semanas. Por el momento, seducir al capital privado es la gran asignatura pendiente de la alianza, que no ha conseguido dar por cerrada la entrada de ningún inversor. Sí consiguió algunas cartas de interés, aseguran las voces consultadas. Orús confía en que una vez aprobado el Perte y siendo ganadores del concurso de la Zona Franca las intenciones se vuelvan sólidas.
Sin la inyección de los fondos, la alianza entre el hub y Goodman podría arrancar gracias al dinero de la logística australiana y del Perte, pero el avance del proyecto sería "mucho más lento de lo previsto", aseguran.
Durante este tiempo, el proyecto inicial ha quedado deformado. Del conglomerado de marcas inicial prometido, algunas ya han caído. Volta y Tevva, por ejemplo, dos de las más potentes, no estarían de partida inmersas en la operación. Sin embargo, desde el conglomerado aseguran que tienen un listado muy grande de interesados a venir a producir a Barcelona.
Merlin, el Puerto y Mecalux irán al concurso aunque no cumplan con los requisitos
En la otra esquina del cuadrilátero está la alianza entre Cilsa –la joint venture formada por el Puerto de Barcelona y Merlin Properties- y Mecalux. La candidatura alternativa promete una inversión de 350 millones de euros con un mix entre logística -que gestionaría Cilsa- y una planta de robótica -de Mecalux-.
Sin embargo, la propuesta choca con los requisitos impuestos por el Consorci, que premia la actividad industrial de automoción en las bases del concurso; un método para que el hub pueda quedarse con los terrenos pasando por un procedimiento legal homologable. Cilsa y Mecalux presentarán igualmente la proposición, aunque no cumpla con las exigencias públicas.
Chery vuelve a escena
Durante la reunión de la mesa de reindustrialización de este jueves se dio a conocer el interés de la china Chery por la instalación de Nissan, aunque en un estadio "inicial". Su propuesta no será considerada debido a que apenas quedan cuatro días para que finalice el plazo.
Chery ya mostró su voluntad de instalarse en Cataluña en 2010 e incluso se vio con José Montilla, entonces presidente de la Generalitat, pero no hubo acuerdo.