
El polvo en suspensión llegado desde el Sáhara tardará unos días en desaparecer por completo. Además, las lluvias de los próximos días harán que todo ese polvo caiga y se deposite en suelos, aceras y demás mobiliario urbano.
Los vehículos, como un elemento más del paisaje urbano, no son ajenos a este insólito fenómeno. Además de ensuciarse, las pequeñas partículas en suspensión (PM2.5 y PM10) pueden perjudicar el funcionamiento de los sistemas de los automóviles.
Según ha informado la red de talleres de mantenimiento de vehículos Euromaster en un comunicado, las lunas y los filtros serán los elementos de los vehículos que se verán más afectados por la nube de polvo.
Limpiar cristales, revisar filtros
En cuanto a los cristales, Euromaster aconseja a los conductores verter agua sobre la luna delantera y trasera de los vehículos antes de poner en marcha el coche y accionar los limpiaparabrisas. De lo contrario, advierten de que se podrían rayar las lunas.
Sobre este aspecto, en este otro artículo te contamos cómo limpiar tu coche para evitar que la arena raye la pintura.
Por su parte, los filtros del aire de motor y del habitáculo se verán afectados con la tormenta, sobre todo en aquellos coches que estén aparcados a la intemperie, por lo que Euromaster aconseja que una vez pase el episodio se acuda al taller para una revisión de filtros.
Desde Euromaster recuerdan que la suciedad en el filtro del habitáculo afecta al flujo de aire dentro del coche. Esto resta eficacia al sistema y no ayuda a crear la atmósfera templada para conducir, mientras que un filtro de aire de motor saturado supone que el desempeño del motor se vea afectado, implicando un aumento del consumo del combustible y averías cuantiosas.