
Aunque quedan obstáculos que restan visibilidad de cara al próximo semestre, como el desenlace de guerra comercial o del Brexit, el mercado cuenta con el soporte de las políticas monetarias ultra laxas de los bancos centrales. A corto plazo, "puede ser un verano con ciertos niveles de riesgo", opina José Ignacio Victoriano, gestor de fondos en la gestora de Renta 4. "Pero si se amplía el horizonte hasta final de año, en lo que atañe a la deuda no nos vamos a hacer de oro, pero tampoco tiene pinta de que vayamos a perder", explica.
A pesar de lo atípico, la correlación entre la bolsa y la renta fija es positiva este año. Es decir, el precio de ambos activos sube. Y parte de esa gasolina que los impulsa la aporta la decisión de los bancos centrales de echar el freno en la retirada de estímulos. El mercado descuenta que tanto la Reserva Federal de Estados Unidos como el Banco Central Europeo bajarán el precio oficial del dinero, en vez de subirlo. Pero en opinión del gestor, el recorte en el caso de la primera economía del mundo no está justificado por indicadores macro, "lo que pasa es que la incertidumbre está pesando y está dando lugar a que se retrasen las decisiones de inversión. Si la Fed actúa será por prevención", señala el gestor.
La rentabilidad de una parte significativa de la deuda pública se encuentra en zona de mínimos históricos, y en opinión de Victoriano aún hay margen para que las curvas se aplanen en los tramos más largos, a 10 y 30 años. En el caso del Bund, por ejemplo, que cotiza en el -0,3%, da posibilidades a que acabe el año en el -0,4%. Aunque reconoce que es difícil de calcular, en un escenario en el que no hubieran intervenido los bancos centrales con la compra de deuda, estima que su rentabilidad se movería ahora en el entorno del 0,9%.
¿Dónde invertir en renta fija?
El gestor ha aumentado su exposición a bonos híbridos, donde destaca su inversión en Céntrica, Telefónica o Vodafone; en AT1 y en high yield, o bonos con alta probabilidad de impago. En este último segmento han comprado una farmacéutica italiana o Cortefield. "Compraríamos más de lo que realmente compramos, pero no nos pagan el riesgo", matiza.
En deuda pública, han comprado puts del Treasury porque "creemos que descuenta más bajadas de tipos de las que realmente habrá. Y no me pongo corto porque no me atrevo. En crédito tenemos la experiencia del pasado, y cuando los bancos centrales compran el mercado se vuelve ilíquido en el sentido en el que no hay oferta que comprar. Las emisiones nuevas salen casi sin descuento porque no les hace falta", explica.