
Desde las pérdidas milmillonarias que acumuló la banca cotizada española en 2012, el sector ha ido recuperando sus beneficios creciendo año a año en base al aumento de los ingresos por comisiones, los logrados por las carteras de renta fija y al recorte en la base de costes. Ahora, con estas vetas ya explotadas, parece que la capacidad del sector para crecer sin el apoyo de los tipos de interés ha llegado a su fin y, tras los tijeretazos a las estimaciones, los analistas esperan que el beneficio del sector en España se contraiga durante este ejercicio.
El consenso prevé que la banca española cotizada logre en 2019 unas ganancias de 16.734 millones, un 1,2% por debajo de los 19.139 millones obtenidos en 2018. Entre las firmas del Ibex, BBVA se llevará la peor parte con una caída en sus ganancias del 16,6% -afectada por las plusvalías que se anotó en 2018 por la venta de su negocio en Chile-.
Las ganancias de CaixaBank se contraerán casi un 10% y las de Bankia se mantendrán prácticamente planas. Las de Santander crecerán un 3,7% y las de Bankinter lo harán al 5,4%. El único banco que logrará un aumento significativo de su beneficio será Sabadell -un 155%-, pero lo hará por los problemas que tuvo en la migración tecnológica de TSB y por la limpieza de su balance. Eliminando estos efectos extraordinarios el aumento se quedaría por debajo del 7%.
Eso sí, para el próximo ejercicio se espera que el sector retome la senda de las ganancias, incrementando su resultado neto de este año en cerca del 8%. Los analistas advierten de que, a diferencia de las de 2019, las estimaciones de 2020 todavía pueden incluir algún efecto positivo de un alza de tipos, lo que podría implicar nuevos recortes en las previsiones.
"El mercado ha sido más rápido que los analistas en poner en precio sus expectativas, pero seguimos viendo riesgos a la baja tanto en las estimaciones del consenso como en las valoraciones. Nosotros hemos reducido nuestra estimación de ingresos netos de intereses un 5% para 2020 y un 8% para 2021. Esto, unido a unos ingresos financieros más débiles, hacen que reduzcamos las previsiones de 2020 entre un 6% y un 21%", aseveran en Jefferies.
Jefferies: "El mercado ha sido más rápido que los analistas en poner en precio sus expectativas, pero seguimos viendo riesgos a la baja tanto en las estimaciones del consenso como en las valoraciones."
En lo que va de año los analistas han sacado la tijera y han recortado un 7% la estimación de ganancias del sector, continuando una tendencia que ya empezó hace tiempo: en los últimos 12 meses las previsiones se contraen un 12,8%. Con las perspectivas de 2020 la sangría es mayor, con hachazos del 8,5% en lo que va de año y del 14,6% en 12 meses.
Retraso en la subida de tipos
Esta caída en las estimaciones viene de la mano de un retraso en la expectativa de subida de tipos en la eurozona -el mercado no la descuenta hasta la segunda mitad del próximo ejercicio- y a las dificultades que ha demostrado el sector para incrementar su cifra de negocio. "Las expectativas del consenso a medio plazo ya están bajo presión por el retraso en la subida del precio del dinero, pero los últimos datos sobre nuevos volúmenes y la competencia por precios también sugieren que veremos pocas buenas noticias para el negocio", indican desde Jefferies.
Más allá de las dificultades para crecer y del retraso en la subida de tipos el otro frente que tiene abierto el sector bancario es el judicial. El gran caballo de batalla de las entidades está en la causa por el uso del IRPH como índice de referencia para las hipotecas. La próxima fecha marcada en rojo en el calendario es el 24 de junio, cuando el abogado general del Tribunal Superior de Justicia Europeo dará su opinión, con CaixaBank siendo el banco que más se juega en esta decisión. Esta no será vinculante pero sí suele coincidir con la resolución final, para la que habrá que esperar a la parte final del año.
La dificultad para prever el impacto de la misma es evidente viendo las estimaciones de los analistas. En Citi calculan que el impacto podría ser de hasta 17.000 millones de euros, mientras que las cifras de Goldman oscilan entre los 7.000 y los 44.000 millones de euros. "El aumento del beneficio doméstico está amenazado a partir de este año si los tipos no suben. Y nuestro estudio apunta a que hay poco colchón en términos de capital ante posibles problemas regulatorios o de litigación, lo que está pesando en las valoraciones", inciden en UBS.

En todo caso, los problemas no son exclusivos de la banca española. El sector en la eurozona también ha sufrido un recorte en sus estimaciones de 2019 del 5,7% en lo que va de año y un 9,5% para 2020. Así las cosas, las ganancias de la industria crecerán a un tímido 3,7% este año.
"La débil demografía y la alta carga de la deuda probablemente suprimirán el crecimiento y la inflación en el futuro más próximo. Estos problemas estructurales se unen a las presiones cíclicas, lo que limita el margen para subir tipos. Así, las perspectivas para la rentabilidad del sector son pobres y esperamos que las caídas en el beneficio provoquen un peor comportamiento en bolsa", advierten en Berenberg.
El sector vuelve a flojear en bolsa
A pesar de haber empezado el año de forma positiva, los bancos vuelven a resentirse durante el último mes. El 22 de mayo el índice Ibex 35 Banks tocó máximos del año, llegando a revalorizarse un 11,6%. Sin embargo, desde entonces el sector se ha derrumbado y ha borrado toda la subida acumulada. De este modo, la banca española lo hace ligeramente peor que la de la eurozona en el año, que asciende un 2%. Y es que se ha visto perjudicada por el mal comportamiento de las entidades domésticas: Caixabank se deja cerca del 13%, Bankia retrocede otro 13% y Bankinter se deja casi un 7%. BBVA es la firma más alcista, al revalorizarse casi un 8%.