ArcelorMittal se ha convertido, a su pesar, en el mejor exponente de cómo puede afectar a una compañía eminentemente cíclica las dudas sobre el crecimiento global y la guerra comercial abierta entre EEUU y China.
La mayor acerera del mundo ha perdido más del 50% de su valor en bolsa en el último año -más de 15.000 millones de euros- y cede hasta mínimos no vistos desde el verano de 2016, unos meses después de que las materias primas marcaran su suelo histórico en febrero de ese ejercicio. Para caer hasta allí, que en el caso de ArcelorMittal son los 6,88 euros, todavía tendría que desplomarse otro 50% adicional. En lo que va de año es la compañía más castigada de entre sus comparables, con una caída del 23%, frente a la subida del 8% del sector.
En el último mes, de las 22 sesiones, Arcelor tan sólo ha cerrado con ganancias en 3 de ellas. Y la caída ha comenzado a ser más acusada desde que la acerera presentó sus resultados el pasado 9 de mayo. Desde entonces, su recomendación se ha ido deteriorando hasta el punto de que en un mes y medio ha dejado de ser la mejor recomendación de compra del Ibex a ser la séptima. La firma de la familia Mittal ha anunciado un recorte de la producción en Europa, que afectará a las fábricas de Asturias y Cracovia (Polonia) y que es el equivalente "al 6,7% del total de lo que produce en Europa y el 3,2% a nivel global", calculan desde Bankinter.
Los analistas, que han rebajado notablemente las estimaciones que manejan para la compañía, señalan, además, dos causas específicas de Arcelor que explican su caída: la menor demanda en Europa -supone el 37% del ebitda- y también de China, el primer productor -y también comprador- de acero del mundo, con un 53% de la cuota mundial. "Como líder de mercado, ArcelorMittal tiene la misión de hacer de soporte al resto del sector. A pesar del importante potencial que presenta, creemos que la incertidumbre macroeconómica y la débil demanda implican que el mercado continuará fracasando en su intento de recuperarse hasta el tercer trimestre del año", aseguran los analistas de Deutsche Bank. Lo llamativo, continúan, es que es el "primer recorte en la capacidad (para una compañía) desde la crisis de la eurozona de 2012-2013, y sugiere que no debe esperarse un repunte de la demanda en el corto plazo".
Desde el 1 de enero el consenso ha rebajado un 39% su previsión de ganancias para Arcelor este año, hasta los 2.535 millones de euros, lo que es, además, un 42% inferior al beneficio obtenido en 2018. De media, sus comparables Nippon Steel (japonesa) y Tenaris (italiana) sufren un recorte del 9% para este año. De igual modo, de cara a 2020 los analistas merman su previsión un 27%, hasta los 2.947 millones. Y es en ese ejercicio cuando la acerera debe cumplir su plan estratégico en el que su principal objetivo es aumentar el ebitda en 3.000 millones de dólares en el acumulado desde 2015, punto que el mercado hoy pone en duda, del mismo modo que su objetivo de deuda. Arcelor lo logró en 2018, al rebajar su endeudamiento por debajo de 1 vez el ebitda, pero se prevé que repunte hasta las 1,2 veces este año.
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