Por mucha razón que lleve el refrán de año nuevo, vida nueva, casi nunca se puede aplicar a la bolsa a pies juntillas. La llegada de 2019 no ahuyentará algunos de los obstáculos que experimentaron los mercados mundiales el año pasado, y está por ver si todavía no se agravan aún más.
"Los riesgos bajistas continúan procediendo de Italia, de las tensiones comerciales globales y del Brexit", apuntan desde Goldman Sachs, y añaden que "el desafío populista a gran escala al liderazgo político de Europa seguirá su curso, también en las elecciones al Parlamento Europeo en mayo".
La disputa comercial entre Estados Unidos y China es "un punto de inflexión en la economía mundial y ha venido para quedarse", observan los analistas de Candriam, mientras que "tanto en la zona euro, como en Japón y China, el nivel máximo de crecimiento se logró el año pasado y a partir de este año el crecimiento se reduce", advierten desde IG, "aunque aún queda para entrar en recesión", puntualizan. Pero si hay algo que marcará el año entrante será la crisis de liquidez para la financiación empresarial.
Ante tal escenario, la bolsa europea cotizará al mismo precio valor en libros que el valor medio de la serie histórica de la última década. Si el EuroStoxx 50 acabó 2018 con un valor contable situado en las 1,4 veces, el próximo año se prevé que descienda a las 1,34 veces, según las estimaciones de consenso que recoge FactSet, frente al promedio de 1,35 veces de entre 2008 y 2018.
Sin embargo, si nos retrotraemos veinte años, hasta 1998, cuando se creó el índice europeo, lo que estaba dispuesto a pagar el mercado por lo que había en el balance de las compañías arrojaba una cifra de 1,73 veces, lo que que significa que el indicador actual ofrece un descuento con respecto a la ratio media de toda su historia.
El book value es relevante a la hora de distinguir si una empresa o un índice se encuentran sobrevaluados o no por el mercado. Este indicador relaciona la capitalización bursátil de una empresa con el valor de sus fondos propios.
La situación más habitual es que las firmas cuenten con una ratio superior a 1, puesto que el valor en libros no recoge el valor de la marca, los conocimientos de la compañía o el grado de formación de sus empleados, mientras que la capitalización, por el contrario, sí lo hace, pues se trata de factores que contribuyen decisivamente a la generación de beneficios en la empresa. En este sentido, valores superiores a la unidad reflejan que el mercado espera que la empresa obtenga mayores beneficios debido a las ventajas con las que cuenta respecto a sus competidores.
Si, por el contrario, el valor en libros es inferior a 1, indica que los inversores consideran que los activos de la compañía valen menos de lo recogido en su contabilidad.
Es el caso, por ejemplo, de Louis Vuitton Moët Hennessy, el conglomerado francés del lujo, que presenta un valor contable de 3,3 veces esperado para 2019. La compañía, cuyas marcas incluyen a Hublot, Loewe y Guerlain, posee un gran activo intangible, como es el atractivo de la marca, por el que el inversor está dispuesto a pagar, mientras que otras empresas, como la utility Iberdrola, ofrecen un servicio indispensable a la sociedad, pero donde lo intangible es mucho menos relevante para el mercado.
No se paga ni el balance
Los veintiséis bancos del Euro-Stoxx 50 cotizan por debajo de su valor contable, con una ratio media de 0,8 veces estimada para 2019 frente a las 0,6 veces de 2008, pese a que entonces había cuatro entidades menos en el índice europeo. Sin embargo, si se excluye a Finecobank, cuyo precio valor en libros para este año se estima en 5,8 veces, el promedio de los bancos del Euro-Stoxx 50 es de 0,6 veces también.
Además del banco italiano, las otras dos entidades que contarán con una ratio superior a 1 serán la española Bankinter y la belga KBC Groupe (en torno a 1,3 veces). En el otro extremo, el valor contable más bajo de la industria será el de Deutsche Bank, Commerzbank y la Unione di Banche Italiane (UBI).
El retraso de la subida de tipos de interés en Europa, al menos, hasta el verano de 2019 y el hecho de que los bancos centrales podrían recortar las subidas previstas con anterioridad, hará que las entidades de crédito se vean obligadas a reducir su balance y su estructura en 2019, recortando lo que el mercado está dispuesto a pagar por su balance.
El Ibex 35 se queda igual
Hay que remontarse a 2007 y los años previos a la crisis financiera para encontrar un precio valor en libros superior a las 2 veces en el Ibex 35. Desde entonces, la ratio media de la última década (2008-2018) es de 1,32 veces, una cifra ligeramente superior a las 1,22 veces de 2018 -aunque alcanzó las 1,7 veces en 2009-. Para los próximos dos años, incluido éste, el consenso de analistas espera que el indicador se vaya acercando al 1.
2018: un año de pérdidas
El Ibex 35 acabó la última sesión del año con un repunte del 0,5% y alcanzó los 8.539,9 puntos, acumulando unas pérdidas totales del 15% en el conjunto de 2018. Sin embargo, no fue el índice que peor se comportó el año pasado: el Dax 30 alemán cedió casi un 18% y finalizó el ejercicio con 10.558 puntos, y el Mib italiano registró un retroceso del 16%, lo que le llevó a caer hacia los 18.324 puntos a 31 de diciembre. Por otra parte, el Euro-Stoxx 50 también se anotó unas pérdidas del 14% y mantuvo los 3.000 puntos, mientras que el Cac 40 retrocedió un 10%.