Bolsa, mercados y cotizaciones

Cómo diseñar un plan para aportar a fondos cuando nadie se atreve

  • Lo recomendado es acompasar las aportaciones con las bajadas bursátiles

El mercado está para valientes y para inversores que tengan una metodología. La bolsa española (y la europea) respira sobre soportes, en un momento en el que Wall Street ha pisado el freno después de dibujar nuevos máximos históricos tras nueve años seguidos de ganancias. Nadie sabe, a ciencia cierta, si las caídas que afrontan hoy las bolsas son una mera corrección o estamos ante un cambio de tendencia. Es lo que dificulta cumplir con uno de los principales mantras del mundo de la inversión: el de comprar cuando la bolsa cae, y vender cuando la bolsa sube.

Aunque esa es la teoría, en la práctica lo que sucede, en palabras de un experto, es que la bolsa es el único almacén en el que la gente no compra cuando se cuelgan los carteles de rebajas. Para evitar caer en esta conducta, una alternativa es realizar aportaciones periódicas porque está demostrado que minimizan el impacto de las subidas, pero también de las caídas porque se promedia el precio al que uno compra a lo largo del tiempo, y se reduce la volatilidad con la que se obtiene la rentabilidad.

Los fondos, junto a los planes de pensiones, son los vehículos idóneos para aportar periódicamente

Con el contador de las bolsas europeas en negativo este año -la española es la segunda más penalizada, por detrás de la italiana-, nadie puede asegurar que de producirse un rebote en los próximos días no será vulnerable, y esté precedido de nuevos descensos. El Ibex 35 apenas cotiza ligeramente por encima de su nivel clave, los 8.800 puntos, del que se encuentra a solo 92 puntos. "Su cesión sería de todo menos algo alcista para la renta variable española y abriría la puerta a probables caídas hacia los 8.500 y posteriormente hasta los 7.580 puntos", señala Joan Cabrero, director de estrategia de Ecotrader. Eso implicaría un retroceso del 4,4% hasta el primer peldaño desde los niveles actuales, y del 15% hasta el segundo. Y lo mismo sucede en Europa, con el Dax y la zona de los 11.500 puntos. De perderlos, se despeja el camino para iniciar una tendencia bajista que podría provocar caídas del 10-15% en los índices del Viejo Continente.

De llegar esa corrección más profunda, se produce el eterno dilema: dar con el momento idóneo de entrada, algo que pocos consiguen. "Muchos inversores esperan con impaciencia a que aparezca el que en su opinión es el momento adecuado. Desgraciadamente, ese momento adecuado sólo se manifiesta con claridad cuando ya ha pasado", señala un documento de Fidelity en el que explica por qué son útiles las aportaciones periódicas. "Este enfoque elimina la inquietud de elegir el momento para hacer grandes inversiones, puede suavizar los máximos y los mínimos del mercado e incluso mejorar el resultado final de un inversor", añade.

Ahora bien, la cuestión es cómo diseñar ese método para aportar el dinero poco a poco y no todo de golpe. Existen múltiples fórmulas y cada cual tiene la suya. Una posibilidad, señala un experto, pasa por dividir la caída esperada en cuatro (en cuartiles), de modo que se puedan acompasar esas aportaciones con las caídas del mercado, de tal forma que siempre quede munición para disparar en lugar de quedarse a cero.

Si se aplica esa teoría al contexto de mercado actual, la idea es que si se piensa que los índices del Viejo Continente pueden caer hasta un 10%, el inversor divida esa caída en cuatro cuartiles y cada vez que caiga hasta uno de ellos invierta un cuarto de la cantidad total que tiene reservada a este fin.

Las ventajas de sistematizar las aportaciones han quedado retractadas en los últimos años en algunos estudios, uno de ellos es de Fernando Luque, editor senior de Morningstar. En él demuestra que es más rentable comprar y mantener para el particular, que reducir la exposición después de una subida y aumentarla en las caídas. En su ejemplo parte de la base de que el cliente tiene 1.500 euros al mes para invertir y establece dos supuestos. En uno, el inversor aumenta o reduce su exposición en función del comportamiento del mercado. En otro, la aportación se mantiene constante. El resultado de aplicar la primera estrategia a la bolsa española en un periodo de 10 años (1993-2003) es que en el primer supuesto el inversor habría obtenido 550.000 euros al final del periodo, frente a los 665.000 euros que habría logrado ahorrar si hubiera comprado y mantenido.

Aunque lo de sistematizar las aportaciones se puede aplicar a la compra directa de acciones, por ejemplo, cobra especial sentido cuando el protagonista es un fondo de inversión (o un plan de pensiones) por ser vehículos pensados para ahorrar a largo plazo. Aunque la mayoría de los que invierten en bolsa pincha este año, salvo aquellos con exposición a la americana, que ya pierde más de la mitad de lo ganado con el último rebote, los productos más rentables de la última década consiguen retornos de doble dígito, a excepción de los de bolsa española. Se trata de fondos en euros, que carecen de comisión de entrada, con al menos 100 millones de euros de patrimonio y que requieren una inversión mínima por debajo de los 10.000 euros.

El 'top cinco' de bolsa española

En caso de querer invertir en bolsa española (el segundo mercado europeo que más sobreponderan en sus carteras los gestores según la última encuesta de Bank of America Merrill Lynch), uno de los que reúne estos requisitos y se cuela entre los más rentables de los últimos diez años es Fidelity Iberia. Desde 2006 y hasta 2014 su gestión corrió a cargo de Firmino Morgado, que llevó a este fondo a ser el primero milmillonario de bolsa española (su patrimonio ha caído a los 559 millones de euros en la era de Fabio Riccelli, su posterior gestor). Este producto puede presumir de haber ganado un 9% anualizado en la última década, según Morningstar. Sin embargo, otra de las máximas del mundo de la inversión es que rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras y hay que tener en cuenta que este año cede un 5,2%, menos de lo que pierde de media la categoría (-6,52%).

Entre los fondos de bolsa española más rentables a largo plazo aparecen otros nombres conocidos para quienes están acostumbrados a invertir en fondos. Es el caso, por ejemplo, de Santander Small Caps España, el buque insignia de Banco Santander que protagonizó el primer anuncio televisivo del año de la mano de su gestora, Lola Solana, y que gana otro 8,11% anualizado a diez años. También de Metavalor, de Metagestión, otro fondo de autor que, a pesar de haber visto salir a su archiconocido trío de gestores formado por Miguel Rodríguez, Javier Ruiz y Alejandro Martín, defiende con el nuevo uno de los mejores resultados de este año (cede un 2,81%) y a largo plazo obtiene casi un 8 por ciento. En esa lista también aparecen Bestinver Bolsa y EDM Inversión. Ambos han experimentado algunos cambios en cuanto a sus gestores: en el caso del primero ha visto cómo salía el icónico Francisco García Paramés, que fue reemplazado por Ricardo Cañete mientras que el segundo, que es el fondo más longevo de bolsa española, ha asistido a la jubilación de su gestor, Juan Grau, tras más de tres décadas al frente, y se ha quedado en manos de sus pupilos Ricardo Vidal y Alberto Fayos. Ambos productos ofrecen un retorno superior al 7% anualizado a sus partícipes en los diez últimos años.

El 'top cinco' de bolsa europea

Si se pone el foco en Europa con una visión de largo plazo, los cinco fondos que mejor se han comportado obtienen rentabilidades que van del 11 al 15% en la última década (ver gráfico). De todos ellos el responsable de ese 15% anualizado responde al nombre de MFS® Meridian European Smaller Companies W1, que en 2018 pierde un 1,78% e invierte al menos un 75% de su cartera en empresas de pequeña capitalización. Entre sus cinco primeras posiciones se encuentra la alemana Symrise, un proveedor de fragancias, sabores, de ingredientes activos cosméticos y materias primas; Croda International, una británica especializada en productos químicos; Compass Group, dedicada a la restauración; la española Amadeus y Bunzl, que se dedica a la distribución de productos de higiene.

El 'top cinco' de bolsa americana

Fruto de ese rally ininterrumpido que ha vivido Wall Street en los últimos nueve años, los fondos que han buscado oportunidades en la primera economía del mundo durante este periodo son los que mayores rentabilidades obtienen a largo plazo, van del 13,5%, con Schroder ISF US S&M Cap Eq B; hasta el 16,2% con AB American Growth Portfolio C, que invierte más del 98% de su cartera en Estados Unidos, y un 1,75% en la eurozona. Le da especial peso a la tecnología, de ahí que en su top cinco figuren cotizadas como Alphabet, Facebook y Microsoft; seguido del sector de la salud y del consumo cíclico (entre sus principales cotizadas también aparece Home Depot). En lo que va de año suma, además, cerca de un 18% de rentabilidad.

El 'top cinco' de bolsa global

Para quien prefiera una exposición a la bolsa menos segmentada existen los fondos de renta variable global, que también capean bien el temporal bursátil de este año por el protagonismo que el mercado americano adquiere en sus carteras. El fondo más rentable a largo plazo entre los que cumplen los requisitos previamente mencionados es Goldman Sachs Global CORE® Equity Porfolio IO, que se revaloriza más de un 14%. Por mercados, los que más pesan son el estadounidense (68,59% de la cartera), Japón (13,54%), eurozona (6,38%), Reino Unido (4,11%) y Australia (2,16%), e invierte en pesos pesados como Amazon, que es su primera posición; Apple, Johnson & Johnson; Comcast, y Adobe Systems.

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