Bolsa, mercados y cotizaciones

El S&P 500 está listo para revalorizarse hasta un 7,1% en el último trimestre del año

Foto: Archivo

Con los inversores celebrando el nuevo acuerdo comercial tripartito entre Estados Unidos, México y Canadá, que abandona las siglas de TLCAN o NAFTA por las de USMCA, las miras se concentran en los últimos tres meses del año.

El cuarto trimestre que acabamos de arrancar llega precedido por una rentabilidad acumulada por el S&P 500 de alrededor del 7,2% entre los meses de julio y septiembre, algo que hace pensar a muchos si la buena dinámica bursátil experimentada durante el verano acabará por robar brío a las bolsas de cara a las fiestas que pondrán fin a 2018.

De momento, la coyuntura económica sigue acompañando. La Reserva Federal implementó la semana pasada su tercera subida de tipos de interés en lo que llevamos de año, situando ya el precio del dinero en un rango de entre el 2% y el 2,25%.

Paralelamente incrementó sus proyecciones de crecimiento hasta el 3,1% para el presente ejercicio mientras la inflación seguirá mantenida dentro de las metas dictadas por el banco central estadounidense. Ni que decir tiene que el mercado laboral sigue sin mostrar síntomas de flaqueza.

Este escenario que en la jerga financiera suele hacer referencia al cuento infantil de Ricitos de Oro podría extenderse entre los meses de octubre y diciembre, pese a que las elecciones legislativas del próximo 6 de noviembre aumentarán la volatilidad sobre todo en las próximas semanas.

"La media histórica indica, pero no garantiza, que un tercer trimestre favorable suele estar seguido por una rentabilidad de alrededor del 3.8% en el cuarto trimestre de todos los años, aunque esta cifra aumenta hasta el 7,1% en los años de elecciones legislativas, con ambos escenarios registrando resultados positivos en más de un 80% de las ocasiones", estima Sam Stovall, director de estrategia de CFRA, en Nueva York.

Según sus cálculos, desde los 90, la bolsa americana ha agraciado a los inversores con una revalorización del 5% de media durante el último trimestre del año, con resultados positivos en un 82% de las ocasiones.

Esto convierte tradicionalmente al cuarto trimestre, bien por su rentabilidad media, bien por su frecuencia como el mejor del año. Desde CFRA estiman que el beneficio por acción medio del S&P 500 en el tercer trimestre podría crecer un 21,4% interanual mientras el avance del último trimestre podría alcanzar el 18,5%.

En estos momentos, los inversores miran a Washington, donde el 6 de noviembre, los republicanos se juegan su hegemonía en la Cámara de Representantes y su mayoría simple en el Senado. "El mercado solo reaccionará de forma brusca a un cambio político. La respuesta inmediata al resultado de las legislativas será tímida salvo que veamos un un resultado sorpresa", explica Dana Peterson, de Citi.

En este sentido, un escenario donde los republicanos pierdan el control de la Cámara de Representantes y el Senado, podría sentar mal en los mercados estadounidenses, ya que los riesgos aumentarían ante la avanzadilla demócrata por mermar los objetivos legislativos del presidente, Donald Trump en muchas áreas.

Las principales medidas legislativas que pueden vincularse con la actual mayoría republican del Congreso y que marcan la agenda de la Casa Blanca, incluyen la Reforma Fiscal 2.0 o un plan de inversión en infraestructura, así como las decisiones sobre el techo de la deuda en 2019 y el conocido como precipicio fiscal en 2020.

Las políticas comerciales del Trump, que pueden ser independientes a la composición del Capitolio seguirán generando estragos en los mercados, especialmente en lo que a China se refiere.

En un informe, el estratega jefe de Goldman Sachs, David Kostin, y su equipo avisan que la Casa Blanca cumple con su promesa de tasar en un 25% todas las importaciones chinas, que el año pasado superaron el medio billón de dólares, el BPA del S&P 500 en 2019 se reducirá en un 7% hasta los 159 dólares, es decir, se esfumará el crecimiento en los beneficios previsto por el banco estadounidense.

Por su parte, el incremento de los costes en las materias primas, la mano de obra y las subidas de tipos podrían poner presión sobre los márgenes, de ahí que Goldman recomiende a sus clientes refugiarse en aquellas compañías con márgenes altos y estables.

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