
A finales del mes de enero, y en solo veintitrés días, el inversor que puso sus ojos (y su dinero) en bolsa española llegó a ganar un 5,6% gracias a la rápida subida que vivió el Ibex 35. Hoy, en cambio, sufre pérdidas del 6,7% a escasos cuatro meses de acabar el año y son pocos los analistas que dan opciones a que dé la vuelta a este marcador y lo termine en positivo. Según una encuesta realizada por elEconomista a una docena de firmas de inversión, el 75% de los expertos estima que el Ibex 35 será incapaz de borrar sus números rojos en lo que resta de ejercicio. El futuro para la renta fija, en cambio, se muestra algo más difuso: mientras un 41% prevé que la deuda pública europea se mantendrá estable en los niveles actuales, lo que implicaría cerrar plana o con leves pérdidas; el resto de los analistas se divide entre quienes esperan minusvalías y entre quienes prefieren no posicionarse.
El comportamiento de ambos activos en un año en el que la renta fija es la única que mantiene el tipo a duras penas, contra todo pronóstico, ha dejado el saldo de todas las carteras en negativo, con independencia del perfil del inversor. Y a tenor de las perspectivas de las casas de análisis para los próximos meses, será difícil revertir esta situación. Uno de los escépticos con la recuperación del Ibex es Luis Lorenzo, analista de Dif Broker: "Lo veo francamente complicado, pues estimamos que entre septiembre y octubre podría haber una corrección adicional a la que ya hemos vivido en verano y recuperar todo ese terreno en tan solo 2 o 3 meses será difícil". Sí ve, por el contrario, "a los índices europeos maquillando el año en la última etapa del mismo, pero no tanto como para pasar a terreno positivo o neutro".
Ya de por sí, las pérdidas que se apunta el principal selectivo español son más elevadas que las del resto de grandes plazas del Viejo Continente y es que el Ibex 35 tiene, además de los problemas comunes del mercado, los suyos propios. Victoria Torre, responsable de desarrollo de contenidos, productos y servicios de Selfbank, describe uno de ellos: "El hecho de que sea un índice altamente bancarizado le ha pesado mucho" por dos factores. El primero hay que buscarlo en el retraso en la expectativa de subida de tipos en Europa, que no se espera hasta, al menos, el segundo semestre de 2019. Y el segundo ha sido la exposición de este sector a países emergentes, como son Argentina, México y Brasil -que afrontan elecciones en octubre-, o Turquía (este último frente se apaciguó el jueves, después de que su Banco Central subiese los tipos al 24%, más de lo previsto por el mercado-.
Pero los analistas señalan un riesgo inherente al Ibex más: el político. "Entre las razones que, en mi opinión, cabe esperar que sigan lastrando al mercado español destacaría la incertidumbre política interna que genera un ejecutivo que gobierna en minoría con el apoyo de fuerzas políticas de signo e intereses muy dispares", dice Félix González, director general de Capitalia Familiar, que también considera poco probable que el Ibex esprinte en el tradicional rally de fin de año, aunque "no imposible". A esto habría que sumar, prosigue, "la mala imagen que para el inversor internacional genera el conflicto abierto en Cataluña y que, previsiblemente, se intensificará a a comienzos de octubre".
También alude al escenario político Lorenzo Serratosa, consejero delegado de Kau Markets Eafi, que señala, además de "al problema catalán", los "continuados anuncios de subidas de impuestos que ofrecen una imagen de crisis política, falta de liderazgo y riesgo institucional", que crea "incertidumbres difícilmente superables", remata.
"Gran parte del performance que acumula el Ibex viene explicado por el mal comportamiento de valores como Inditex, Santander, BBVA y Telefónica"
Además de este obstáculo y de la bancarización del Ibex, Miguel Ángel García, director de inversiones de Diaphanum, que estima que el índice puede recuperar algo, siendo difícil que despida el año en positivo, menciona otra peculiaridad del selectivo y es que "su composición no refleja la realidad de la economía española". Se refiere al hecho de que algunos de sus integrantes obtienen el grueso de su beneficio en el exterior, lo que en ocasiones impacta negativamente en las cuentas de las compañías, como ha ocurrido este año con BBVA (lastrada por el efecto Turquía), o con Santander y Telefónica (muy expuestas al mercado brasileño y, por tanto, vulnerables a la depreciación del real).
A la debilidad de las blue chips y su efecto (para mal) en el índice desde enero se refiere Borja Rubio, gestor de cuentas senior de Rentamarkets: "Gran parte del performance que acumula el Ibex viene explicado por el mal comportamiento de valores como Inditex, Santander, BBVA y Telefónica, que lastran al selectivo en mayor medida, ya que sólo la suma que acumula sus valores bursátiles supone casi un 40% del movimiento del índice".
"La debilidad actual del mercado se deriva del temor a un deterioro de la economía global por la guerra comercial entre EEUU y China"
Y luego están las incertidumbres comunes que cotizan también en el resto de bolsas. Entre ellas, Natalia Aguirre, directora de análisis de Renta 4, cita la presentación de presupuestos de Italia a final de mes, y también a si Estados Unidos es capaz de alcanzar acuerdos comerciales con China, la Unión Europea y Canadá. "En caso de que estos temas se resuelvan, creemos que el fondo de mercado en términos de crecimiento económico global y de resultados empresariales sigue siendo positivo y que las valoraciones actuales, con el Ibex en mínimos del año, son atractivas, especialmente si mejora el sentimiento hacia los emergentes", argumenta.
Su opinión coincide con la de Nicolás López, director de análisis de MG Valores: "La debilidad actual del mercado se deriva del temor a un deterioro de la economía global por la guerra comercial entre EEUU y China. Los mercados emergentes son los que más se están viendo afectados pero también Europa se ha visto arrastrada ante la persistente debilidad de los indicadores económicos". El propio Banco Central Europeo (BCE) rebajó el jueves las previsiones de crecimiento económico de la eurozona una décima para 2018 y 2019. Para que los mercados se recuperen, dice, habría que vislumbrar algún desenlace a la guerra comercial, así como una estabilización de esos indicadores. "Mi impresión es que eso sucederá en los próximos meses, aunque es imposible saber si será tan rápido como para permitir una recuperación del mercado antes de fin de año", dice.
La visión contraria
Más optimistas se muestran en Abanca, donde ven "probable" que el índice español cambie su suerte en los próximos meses, aludiendo a su atractivo multiplicador de beneficios, de 11,6 veces frente a las 14,3 veces de principios de año, al crecimiento de las ganancias y a un "nivel de sobreventa a corto plazo significativo". Sobre las ganancias, no obstante, debe tenerse en cuenta que, si bien crecerán en los próximos tres años, la estimación de los analistas para 2019 se ha deteriorado en un 0,9% respecto a la que existía en enero, mientras la de 2019 lo ha hecho en un 0,2%, según FactSet.
Otro experto que da cabida a que el Ibex despida el año en positivo es Albert Grau, de Argenta Patrimonios, que lo califica de "complicado, pero no imposible": "Esperamos que pueda acabarlo sobre los 10.200 puntos, banda alta; o los 10.000 puntos". "Hoy somos mucho más optimistas", comenta también Isabel Mera, de Norbolsa, que cree que el índice celebrará el regreso de EEUU y China a la mesa de negociaciones, un factor "que puede calmar muchos temores en emergentes".
Más oscuridad en la renta fija
La renta fija europea no será un mejor aliado en las carteras, porque las expectativas sobre ella, pese a que en lo que va de año aguanta mejor que la bolsa, no son mucho mejores en el medio plazo. Aunque cerca de la mitad de los expertos prevé que acabe en torno a los niveles actuales -lo que implicaría cerrar plana o con mínimas pérdidas, del 0,11% en estos momentos-, avisan que ni la macro, ni las valoraciones acompañan a este activo. "La renta fija europea (índice agregado de bonos europeos de Bloomberg Barclays) ha tenido un comportamiento ligeramente superior a la renta variable (Eurostoxx 600, dividendos incluidos) desde finales de 1999. Esto parece haberse agotado", apunta Ignacio Fuertes, de Rentamarkets, dado que la TIR esperada, sigue, "está prácticamente en mínimos históricos".
"Es imprescindible considerar el escenario de reducción de estímulos monetarios ligados al ciclo económico marcado por crecimiento y cierta recuperación de la inflación", dicen en Abanca, que estiman que ese escenario debería generar cierta ampliación en los tipos de interés. En la misma línea, Grau, de Argenta Patrimonios, considera que "no tiene sentido que con la recuperación económica y una inflación que empieza a estar ligeramente alta, la deuda española esté por debajo del euribor".
Pero hay quien prevé pérdidas para este mismo año, como Francisco Sainz, CIO de Imantia: "Vemos rentabilidad negativa para la renta fija europea. Vemos poco probable un estrechamiento fuerte de diferenciales de crédito o una caída de los tipos de interés que compensen las minusvalías acumuladas".