Bolsa, mercados y cotizaciones

Los emergentes podrían sufrir un nuevo 'arreón' financiero tras el espejismo de la semana pasada

  • Los inversores quieren reducir riesgos en un entorno que parece peligroso
  • Los activos en dólares ofrecen rentabilidad a la par que estabilidad
Dólares estadounidenses junto a liras turcas. Foto de Dreamstime

El respiro que dieron los mercados emergentes la semana pasada permitió a las bolsas europeas retomar las ganancias con cierta solidez. El Ibex 35 rebotó en el cómputo semanal un 1,8% después de tres semanas consecutivas tiñéndose de rojo. No obstante, expertos consultados por la agencia Bloomberg creen que las alzas registradas por los activos de mercados emergentes la semana pasada podrían haber sido solamente un descanso temporal que tiene los días contados a medida que Turquía vuelve al 'trabajo' tras varios días festivos, aumenta la inquietud en torno a las elecciones presidenciales en Brasil y las tensiones comerciales prosigan su tendencia ascendente.

En la jornada presente, la lira turca pierde cerca de un 4% frente al dólar y se cambia por 0,16 dólares, mínimos desde el pasado 14 de agosto, en plena ola de salidas de capitales en el país otomano. Por otro lado, el rublo ruso corrige un 0,45% frente al 'billete verde' y se cambia por 0,01484 dólares. El real brasileño sigue en mínimos de los últimos años frente al dólar a pesar de que hoy cotiza prácticamente plano en dicho cruce, mientras que el yuan pierde un 0,20% y se cambian 6,8247 yuanes por cada dólar. 

Debilidades en los emergentes

Según exponen desde Bloomberg, hay varias razones por las cuales los inversores querrán reducir su exposición a activos de mayor riesgo: el conflicto comercial entre Estados Unidos y China sigue ganando fuerza; y a pesar del "valor manifiesto" en los bonos de largo plazo sudafricanos y el rand, los inversores se están preparando para un deterioro de las relaciones de este país con Washington, después de que el presidente Donald Trump interviniera en el debate sobre la reforma agrícola en Sudáfrica, según Goldman Sachs Group.

Además, Estados Unidos anunció el viernes más detalles de las sanciones limitadas contra Rusia, mientras que los países intercambiaban advertencias sobre nuevas ofensivas arancelarias si EEUU prosigue con su política proteccionista.

Los problemas económicos y financieros en Turquía, la incertidumbre en Brasil o la desaceleración del crecimiento en China son las debilidades contra las que tienen que luchar estos países para superar el huracán financiero que arrasa a los países emergentes. Los más débiles pueden acabar sufriendo mucho más, mientras que los más fuertes (como puede ser China o India) podrían resistir con unos pocos rasguños

"Las monedas más frágiles, entre ellas el real brasileño, la lira turca y el rublo ruso, estarán probablemente bajo presión, disuadiendo a los inversores de diversificar sus carteras con mercados emergentes de mayor rendimiento", comenta Mansoor Mohi-uddin, el jefe de estrategia de divisas en NatWest Markets en Singapur. "El escenario a medio plazo sigue favoreciendo a un fortalecimiento del dólar".

Los inversores, mientras tanto, siguen huyendo de los mercados emergentes, según cifras de EPFR Global: las salidas de capital de los fondos de renta fija aumentaron hasta tocar máximos de las últimas ocho semanas; las inversiones en bonos sudafricanos marcaron la mayor salida registrada hasta la fecha y los inversores retiraron más de 200 millones de dólares de la renta variable brasileña por segunda semana consecutiva, ante la expectativa de que el ganador de las elecciones de octubre "no será un reformador de la economía".

El dólar, la otra cara de la moneda

Aunque todos estos factores están influyendo en la depreciación de las divisas emergentes, por otro lado está la fortaleza del dólar. La progresiva subida de los tipos de interés en EEUU -Powell anunció la semana pasada que la Fed seguirá con su hoja de ruta pese a las críticas del presidente Trump- se suma a la situación política y financiera de algunos países, como Turquía, que están forzando este año que las divisas de algunos destacadas economías emergentes estén perdiendo más de la mitad de su valor.

Que el banco central estadounidense, la Reserva Federal (Fed por sus siglas en inglés), elevara notablemente los tipos de interés desde junio de 2017 hasta la actualidad (han pasado del rango del 0,75-1% al 1,75-2%) ha contribuido a generar desequilibrios en las economías emergentes, a ahondar en los existentes y a perjudicar a sus divisas.

La salida de inversiones de estos países en busca de mayor rentabilidad en activos denominados en dólares -el bono a diez años estadounidense ha elevado su interés del 2 al 3% desde agosto del año pasado-, ha afectado a sus déficit por cuenta corriente, ha elevado su endeudamiento exterior y ha desestabilizado sus divisas.

En este diagnóstico han coincidido la responsable de Desarrollo de Contenidos de Self Bank, Victoria Torre, y el director de Riesgos de Ebury Enrique Díaz-Alvarez.

Pero además, en la evolución de las divisas de algunos emergentes también ha influido la situación concreta de cada país y el efecto contagio causado por la depreciación de la lira turca, alrededor de un 60% con el dólar (ha rozado las 7 liras por dólar) y del 55% respecto al euro (se ha acercado a 8 liras por euro), como ha indicado el analista de XTB Miguel Momobela.

Subir o no subir tipos

En su opinión, Turquía está siendo castigada por los mercados por "los intentos fallidos de su banco central para controlar la inflación y por la adopción de medidas desesperadas", como solicitar a la población la venta de divisas para sostener a la lira.

Pero como todas las decisiones económicas, las subidas de tipos -a las que el Gobierno turco se muestra reticente- pueden tener efectos contraproducentes. Si bien es cierto que podrían detener la debacle de la lira, por otro lado unos tipos demasiado altos afectarán de forma negativa a la inversión, al crédito y a la actividad económica.

Por su parte, Enrique Díaz-Alvarez ha achacado los problemas de Turquía al elevado déficit por cuenta corriente que soporta y que requiere financiación del resto del mundo, aunque ha precisado que otras grandes economías emergentes están en mejores condiciones que este país.

Además, ha indicado el elevado endeudamiento en divisas fuertes de su banca y empresas, que limita la capacidad de las autoridades económicas y monetarias para gestionar la situación, al tiempo que ha comentado que la cúpula política del país "toma decisiones basándose en extrañas pseudoteorías económicas desconectadas de la realidad".

Victoria Torre ha considerado que Turquía podría subir los tipos de interés para sostener su divisa, aunque "por el momento no parece que vaya a ser la senda a seguir por el gobierno turco".

Momobela ha dicho que la crisis turca se ha contagiado a Sudáfrica, donde los inversores han constatado la debilidad de su economía, lo que ha facilitado la depreciación del rand este año, casi el 15%% respecto al dólar (se ha situado en cerca de 15 rands) y el 12% con el euro (se ha acercado a 17 rands).

También ha precisado que se ha extendido a Rusia, donde el banco central tomó la decisión de no comprar en el mercado de divisas para reducir la elevada volatilidad sobre el rublo (con el dólar ha caído el 17% este año, hasta 68 rublos, y el 11% con el euro, a 78 rublos).

La incertidumbre sobre las próximas elecciones de octubre pesa en la divisa brasileña, por lo que el real se ha depreciado este año el 26% con el dólar -hoy se cambiaba a 4,1 reales- y el 22% con el euro -se negociaba a 4,8 reales-), aunque Díaz-Álvarez ha destacado los buenos fundamentos económicos de Brasil, que "es un acreedor neto al resto del mundo y el banco central dispone de amplias reservas para defender la moneda".

En cuanto a Argentina, el peso ha registrado el peor comportamiento de las divisas emergentes (se deprecia el 67% con el dólar -en los doce últimos meses ha pasado de 17 a 31 pesos- y el 60% con el euro este año -ha pasado de 20 a 36 pesos-) por sus elevados déficit corriente y endeudamiento, que determinaron su intervención por el FMI.

Momobela cree que Argentina tiene difícil alcanzar los objetivos de déficit del acuerdo de asistencia financiera suscrito en junio con el FMI y Torre alerta también de la desconfianza que crea la inflación entre los inversores como uno de los motivos de desestabilización de su divisa.

Los expertos de XTB y Self Bank han referido que la guerra comercial del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está influyendo en los países emergentes, que, según Momobela, "van a notar una depreciación de sus divisas a medio plazo", cuyo grado dependerá de "cómo soporten sus economías las nuevas condiciones".

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