La consolidación sigue dominando Wall Street. Las nuevas tensiones geopolíticas y la fuerte caída del petróleo ante la amenaza de una mayor producción de Rusia y la OPEP dominaron una sesión que sirvió para afianzar el estrecho rango en el que se han movido los principales índices durante toda la semana.
Al cierre de las operaciones, el Dow Jones de Industriales cayó un 0,24% hasta los 24.753,09 enteros, lo que deja su cómputo semanal en una subida del 0,15% y apenas un 0,13% por encima de como empezó el año.
Por su parte, el S&P 500 perdió también un 0,24% hasta 2.721,33 enteros y recorta la subida semanal hasta el 0,31%, mientras que en lo que va de año gana un 1,78%. El tecnológico Nasdaq Compuesto es el más beneficiado, al crecer un 0,13% hasta las 7.433,85 unidades, ganando un 1,08% semanal y un 7,68% en los cinco meses de este 2018.
En el mercado de renta fija, la rentabilidad del bono de EEUU con referencia a diez años afloja y vuelve a situarse por debajo de la cota del 3%.
En la agenda del día, los pedidos de bienes duraderos han caído un 1,7% en abril, un dato levemente menor que el previsto por los analistas. El dato del mes de marzo mostró un crecimiento del 2,7%. En lo que se refiere a los pedidos subyacentes, se ha mostrado un incremento del 0,9%, frente al 0,5% previsto por los expertos.
Por su parte, el índice compuesto del mercado Nasdaq ganó un 0,13% o 9,43 puntos y cerró en 7.433,85.
Los gigantes petroleros Chevron (-3,51%) y Exxon Mobil (-1,96%) registraron las mayores pérdidas entre los treinta valores del Dow Jones.
Además del fuerte retroceso sufrido por las empresas energéticas, la jornada fue mala para otros sectores como de las telecomunicaciones (-0,59%) y el de las materias primas (-0,51%). Del otro lado, los mayores avances fueron para el inmobiliario (0,45%) y de los servicios públicos (0,42%). Dentro del Dow Jones, Intel registró las mayores ganancias (1,26%) seguida de UnitedHealth (0,91%) y Procter & Gamble (0,73%).
En otros mercados, el rendimiento del bono del Tesoro a diez años, de referencia, tuvo un nuevo retroceso, hasta el 2,931%. Además, al cierre de Wall Street el oro bajaba hasta 1.300,20 dólares la onza y el dólar ganaba terreno ante el euro, que se cambiaba a 1,1661 dólares.