
Repasando lo acontecido en 2016, debemos de sacar varias conclusiones que nos pueden servir para enfrentarnos a un ejercicio del 2017 que tiene aspecto de que será posiblemente igual de convulso que 2016 si no más.
A finales del año 2015 y principios de 2016 las bases para tener un buen año bursátil estaban fijadas, teníamos un petróleo bajando, los tipos de interés próximos al 0%, un euro débil que facilitaba la vida a las exportaciones europeas, con estos parámetros la economía española crecía por encima del 3%, claramente nos encontrábamos en expansión económica y con esta situación desde los máximos marcados en abril de 2015 el Ibex 35 ha llegado a caer un 35%.
Al final con el rally de final de año el selectivo español ha cerrado con pérdidas del 2% en el ejercicio 2016, debemos de analizar cómo es posible un movimiento tan desfavorable con una economía en expansión.
Considero que hay dos factores que marcan lo acontecido en 2016:
1º La composición de los índices europeos: el índice Ibex 35 así como el Eurostoxx50, máximos representantes de las bolsas españolas y europeas, están compuestos por empresas que "huelen a Naftalina": bancos, electricidad, telefonía, petroleras, aseguradoras etc empresas con poco valor añadido, negocio maduros y viejos. Para desgracia nuestra no hay en estos índices empresas como Apple, Google o Amazon.
Con una economía en expansión, nuestros representantes empresariales ganan poco dinero y especialmente el sector bancario, que con tipos de interés tan bajos no tienen margen de beneficios. Además, al sector bancario le están imponiendo regulaciones de capital y operativas que eviten en un futuro que un problema financiero como el acontecido en el año 2008 termine llevándose por delante la economía real de toda la eurozona.
Un detalle interesante es comparar que ha pasado con los índices europeos formados por empresas de pequeña y mediana capitalización. El Ibex Small, índice de pequeñas empresas, en el ejercicio 2016 ha tenido una rentabilidad del 9% frente al -2% del Ibex 35, esto nos indica que la expansión económica sí genera beneficios en las empresas, pero no en las grandes, que como hemos dicho lo forman negocios poco rentables.
2º Los inversores miran más la política que los datos económicos: si nos situamos a finales del 2015, los indicadores económicos hacían recomendable la inversión en renta variable. Los PMI tanto de servicios como manufacturas mostraban valores por encima de 53 indicando expansión económica. El CLI (Leading Indicator) presentaba lecturas expansivas. Se batía record de ventas de vehículos en toda la eurozona desde el año 2008. Se aceleraba la venta de viviendas, pero el resultado ha sido caídas de más del 30% en las bolsas.
Da la sensación de que los inversores no miran los datos económicos y en cambio cualquier suceso político cotiza de forma exagerada. El Brexit propicio la mayor caída de Ibex en apertura en toda la historia del índice (un -12.5%).
En noviembre las elecciones de EEUU nos vuelven a meter presión, y para finalizar a principios de diciembre las elecciones de Italia vuelven a pesar más que los datos económicos.
Pues en el año 2017 tenemos un panorama dantesco, elecciones en Holanda, Francia y Alemania con serias posibilidades de que partidos anti-euro obtengan importantes resultados, y no olvidemos que el Brexit se tendrá que resolver en este año.
Por tanto, teniendo en cuenta que la expansión económica sigue su curso, podemos esperar un comienzo de año favorable para la renta variable, probablemente hasta la primavera las bolsas consoliden niveles e incluso el Ibex intente llegar a los 10.000 puntos y el Eurostoxx hasta los 3.500.
Pero teniendo en cuenta lo avanzado del ciclo económico de EEUU y que la Fed claramente ha comenzado la subida de tipos para que la inflación no se convierta en un problema, creo que a partir de la primavera o verano de 2017 debemos de extremar la prudencia.
Con la renta fija mi recomendación es mantener la inversión en fondos que inviertan en bonos de corto plazo, máximo 3 a 5 años, si los tipos de interés siguen con subidas, lo normal es que la renta fija no sea una inversión atractiva y muy especialmente en los bonos de largo plazo.
Mario Santos, profesor de Mercados Financieros del Centro de Estudios Financieros (CEF)