Una vez más, Janet Yellen y los miembros del Comité de Mercado Abierto de la Reserva Federal (FOMC, por sus siglas en inglés) tendrán que hacer encaje de bolillos a la hora de implementar su hoja de ruta monetaria este año. Si algunos altos funcionarios ya cuestionaron la difícil decisión de implementar la primera subida de tipos en nueve años en la pasada reunión del 15 y el 16 de diciembre, la renovada debacle en China y la continua caída en picado del crudo ponen al banco central estadounidense contra la espada y la pared.
Unas circunstancias que tampoco llegan aupadas por la caída acumulada en las cuatro primeras jornadas de negociación en la renta variable de EEUU, donde el Dow Jones acumula pérdidas del 4% y el S&P 500 de más del 3%.
Esta pesimista tendencia se ha topado también con los confusos mensajes de distintos miembros del FOMC, como su vicegobernador, Stanley Fischer, quien dejó caer el pasado miércoles que el mercado debería estar preparado para cuatro subidas de tipos en 2016. Sin embargo, las dudas planteadas por algunos de sus compañeros, especialmente en las presiones deflacionistas de la energía sobre los precios, han edulcarado las previsiones a pie de parqué. Quizás demasiado.
Según el indicador FedWatch que elabora la CME y que mide en tiempo real las proyecciones sobre posibles cambios en la política monetaria estadounidense, los inversores descuentan que la próxima subida de tipos a este lado del Atlántico no llegará hasta el próximo 15 de junio. Para entonces, el 45,2% asume un incremento de 25 puntos básicos que dejaría la tasa de referencia en el 0,75%. Algunos de los halcones que revolotean sobre el mercado estiman que existen un 10,1% de probabilidades de que por entonces las tasas toquen el 1%.
Expectativas a un lado, dado el turbulento arranque de año, parece que los encuentros del 26 y 27 de enero y del 15 y 16 de marzo no contarían con ningún movimiento por parte del FOMC. No será hasta la reunión del 26 y 27 de abril cuando la ansiedad volverá a dejarse notar en el mercado. Para entonces ya habremos conocido los datos de crecimiento correspondientes al cuarto trimestre de 2015 y justo un día después del fin del encuentro del FOMC de abril conoceremos la primera lectura de los tres primeros meses de 2016.
En estos momentos, y tras la segunda contracción consecutiva del sector manufacturera en diciembre, el indicado GDP Now de la Fed de Atlanta estima que la economía de EEUU se expandió sólo un 0,7 % a finales del año pasado. Si tomamos en cuenta el cierre de la brecha comercial, que en su lectura más reciente se redujo hasta los 42.400 millones de dólares registrando una caída neta de las exportaciones, los expertos de Deutsche Bank reducen su previsión de crecimiento hasta el 0,5% y no descartan una lectura negativa.
De materializarse esta tesis, y si tenemos en cuenta que los arranques de año en EEUU vienen marcados por una débil expansión económica, que en los últimos ha reflejado una contracción, algunos expertos no descartan la posibilidad de registrar una recesión técnica (dos trimestres consecutivos de contracción).
A cierre de 2015 más de la mitad del mercado esperaba un alza en marzo
La Reserva Federal tuvo que retrasar gradualmente la primera subida de tipos durante todo 2015 ante el cada vez más preocupante estado de la economía a nivel global. Algo que el mercado cree que puede repetirse. A cierre del año 2015 las probabilidades de un segundo alza de tipos en la reunión del mes de marzo eran superiores al 50%: ahora estas se quedan en el 36,8% para el citado encuentro. Mientras, las posibilidades que da el mercado a una subida del precio del dinero en enero son nulas.
