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La baja inflación abre un cisma en el seno de la Fed de cara a próximas subidas de tipos

Pese a que la decisión de subir los tipo de interés por primera vez desde junio de 2006 fue unánime, algunos de los miembros del Comité de Mercado Abierto de la Reserva Federal (FOMC, por sus siglas en inglés) reconocieron que votar a favor "fue difícil" dada la incertidumbre sobre las dinámicas de inflación. Recordemos que la Fed cuenta con un objetivo de inflación del 2 por ciento.

"Debido a su gran preocupación sobre las lecturas bajas sobre la inflación actual así como la incertidumbre y los riesgos presentes en las proyecciones de inflación, los presentes acordaron que la Fed vigilará cuidadosamente el progreso esperado hacia su objetivo de inflación", indicaron las actas del encuentro celebrado el pasado 15 y 16 de diciembre y donde se dio el pistoletazo de salida a una subida de 25 puntos básicos tras siete años entre el 0 y el 0,25 por ciento. 

Este mensaje dejó notar que pese al voto unánime todavía existen rencillas entre los altos funcionarios que componen el órgano encargado de dictar la política monetaria estadounidense. Dicho esto, es importante tener en cuenta que en su reunión del 26 y el  27 enero la composición del FOMC sufrirá cambios con la llegada de James Bullard, presidente de la Fed de St. Louis, Loretta Mester, su homóloga en la Fed de Cleveland y Esther George, la presiden de la Fed de Kansas, todos ellos considerados halcones. Esta nueva composición podría ser más propicia a continuar subiendo los tipos de interés en el futuro. 

Hasta entonces, el mercado sólo puede interpretar los mensajes implícitos escondidos entre las actas de la última reunión de 2015, donde los participantes volvieron a mostrar su compromiso de "comunicar adecuadamente" sus intenciones. En este sentido, el rumbo de la política económica podría ser más plano si la economía se dibilita o más acusado si la actividad económica y la inflación sorprendieran al alza. 

Algo que no tiene pinta de hacerse realidad si echamos un vistazo a los precios del crudo. De hecho, los funcionarios del banco central estadounidense observaron la "persistente debilidad de los precios como un factor que añade más incertidumbre e incluso imponen importantes riesgos a la baja para sus perspectivas de inflación". Entre las preocupaciones de los allí presentes volvieron a mentarse la evolución del crecimiento global así como el fortalecimiento del dólar. 

De momento, según el indicador FedWatch de la CME, la mayoría del mercado no espera una próxima subida de tipo hasta la reunión que tendrá lugar el próximo 16 de marzo. El vicegobernador de la Fed, Stanley Fischer, dijo ayer que cree que el FOMC podría tener hasta cuatro subidas de tipos "en la recámara" previstas para 2016.

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